Un elemento característico de la sociedad mocana de la época era la endogamia, revelada a partir de la gran cantidad de actas en las que se señala que los contrayentes eran dispensados por la consanguinidad existente entre ellos, en segundo, tercer o cuarto grado. Aparecen casos en los cuales los novios eran dispensados en dos y hasta cinco impedimentos, lo que revela que eran parientes en varias generaciones y a través de diferentes líneas. A partir de esas dispensas, queda claro que eran evidentemente reconocibles los entronques familiares en más de tres o cuatro generaciones.
Por supuesto, en las actas no se precisa cuáles eran los parientes que los vinculaban consanguíneamente, ya que ello constaba en documentos previamente instrumentados. En una comparecencia personal por ante el cura párroco, los contrayentes declaraban quiénes eran sus padres, abuelos, bisabuelos, etc., hasta llegar a su ancestro común, información que era ratificada por terceros no vinculados familiarmente, conocedores de estos parientes, con lo cual el testimonio sobre su parentesco resultaba debidamente contrastado. El expediente formado con esas declaraciones era remitido a Santo Domingo, donde la máxima autoridad eclesiástica dispensaba entonces el impedimento que constituía su vínculo filial a fin de permitir el casamiento. Esas dispensas constituyen un riquísimo filón de datos genealógicos, no suficientemente estudiado hasta ahora, que permiten establecer parentescos insospechados y remontar orígenes familiares al siglo XVIII.
En algunos casos, y como exponente del amancebamiento que era nota característica en determinada clase social, en las actas de matrimonio se hace mención de que los cónyuges eran dispensados por haber cometido cópula incestuosa previo a la ceremonia. Esas dispensas eran denominadas de pública honestidad, y hacían cesar el impedimento perpetuo que existía por la cuasiafinidad, esto es, el vínculo entre el varón y los consanguíneos de la mujer y viceversa, por su público y notorio concubinato. Los concubinos que aparecen casados en artículo mortis, es decir en un momento en que su muerte era inminente, no eran objeto de dispensa previa.
Conclusión
La oportunidad de asegurar la fidelidad de informaciones orales sobre el origen de primigenias familias mocanas encuentra un apoyo fundamental en los libros de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario.
Es indudable que sus requisitos formales -día, mes, año, nombres, apellidos, nacionalidades, calidades, domicilios- constituyen un valioso conjunto de informaciones primarias para un investigador, pero sus referencias colaterales a los aspectos genealógicos aportan un valor agregado y permiten adentrarnos no sólo en la vida de un personaje o una familia, sino también en la de la comunidad toda.
El material atesorado en estos libros de bautismos, matrimonios y defunciones es variado y rico. Su importancia para la Historia y la Genealogía se descubre como vital, pues, abarcando las minucias de la Historia Cotidiana, la Pequeña Historia, alcanzan la Gran Historia, la Historia Oficial.
Instituto Dominicano de Genealogía