Cápsulas genealógicas
Porqué soy tres veces Hernández

<STRONG>Cápsulas genealógicas<BR></STRONG>Porqué soy tres veces Hernández

A través de una minuciosa y exhaustiva investigación es posible llegar a insospechados y remotos ancestros, así como a hechos sobre los cuales la memoria familiar no guardaba registro alguno.

Este ha sido mi caso personal, el cual paso a narrar.

Hasta finales de la década de los 80 del siglo pasado, sólo por transmisión oral se conocía el ancestro más antiguo de mi familia materna: los Hernández. Era este Lisandro Hernández, mi tatarabuelo, de quien sólo se sabía que era de La Vega.

A partir de ese punto, inicié una investigación en archivos parroquiales y civiles para ahondar más sobre esta rama de mi familia. Por cerca de un año dediqué un día completo de cada semana para viajar a La Vega y allí  trabajar en los archivos de su Catedral.

Los resultados no se hicieron esperar. Mi tatarabuelo, ya localizado con su segundo apellido, Lisandro Hernández Núñez (1865-1920), era hijo de Isidoro Hernández Caba (1830-1900), quien a su vez era hijo de Antonio Hernández Bardera (1800-1858). Este último era hijo de Antonio Hernández (1751-1821), pasando este último a ser mi ancestro Hernández más remoto, del cual disto en siete generaciones. Muchos otros datos de otras vertientes ancestrales fueron encontrados en los referidos archivos parroquiales.

Sin embargo, el más sorprendente de los hallazgos fue que nuestra familia Hernández, al igual que muchos otros apellidos de mis ancestros, llegaron a La Vega procedente de San José de las Matas. En la línea ancestral antes señalada, tanto Antonio Hernández Bardera como Antonio Hernández habían nacido en San José de las Matas y fallecieron en La Vega.

Igualmente encontramos muchas familias cuyos primeros hijos nacieron en San José de las Matas, mientras que los últimos ya nacieron en La Vega. La migración se produjo alrededor del 1837.

Este hecho sorprendió a los miembros más antiguos de mi familia, ya que la tradición oral no había preservado este hecho trascendente.

A mediados de la primera década del siglo XXI tuve acceso a otras documentaciones y archivos, incluyendo el Archivo Histórico del Arzobispado de Santo Domingo, en los cuales pude ampliar considerablemente mi conocimiento de toda la estructura ancestral por mi parte materna.

En otra vertiente y a partir de mi persona, pude estructurar en línea ascendente directa por vía materna mis ascendientes: Julio Amable González Hernández (n. 1945), María Mercedes Hernández Núñez (1919-1999), Pedro Amable Hernández Rodríguez (1894-1965), Elvira Rodríguez Fernández (1875-1957), Felipe Rodríguez Valdez (1842-1878), Juana Ramona Valdez Hernández (n. 1812), Agustina Hernández Baldera (n. 1787) y Antonio Hernández (1751-1821). Esta Agustina Hernández Bardera es hermana de Antonio Hernández Bardera anteriormente mencionado.

En base a los nuevos hallazgos, logré articular otra vertiente ancestral que me vincula con los mismos ancestros directos antes mencionados: Julio Amable González Hernández (n. 1945), María Mercedes Hernández Núñez (1919-1999), Pedro Amable Hernández Rodríguez (1894-1965), Elvira Rodríguez Fernández (1875-1957), Isabel Fernández Rodríguez (n. 1842), Antonio Fernández Hernández (n. 1816), Mariana Hernández Bardera (n. 1797), hija a su vez de Antonio Hernández (1751-1821), y quien resulta ser hermana tanto de Antonio como de Agustina Hernández Bardera.

Así pues, el apellido Hernández me llega por tres vertientes diferentes y procedente de Antonio Hernández (1751-1821), así como de su padre Juan Hernández, nacido alrededor de 1724 en la lejana sierra de lo que posteriormente se llamaría San José de las Matas.

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