La policía en Río de Janeiro capturó ayer a uno de los capos del narcotráfico más buscados, en uno de los escasos éxitos obtenidos por las autoridades en su intento por contener la violencia creciente en la ciudad que fue sede de los Juegos Olímpicos.
La captura de Rogerio Avelino da Silva fue producto de una operación en el norte de la ciudad con la participación de casi 3,000 efectivos policiales y militares enviados a estabilizar zonas conflictivas.
Da Silva fue encontrado bajo las cobijas de una cama en la favela de Arará. Se informó que dos guardaespaldas huyeron al arribar la policía. Da Silva se identificó con un nombre falso y dijo ser primo de la dueña de casa, dijo la policía. «Desde hace 10 años causa problemas en Río de Janeiro», dijo el secretario de Seguridad estatal Roberto Sa.
El narco, conocido como «Rogerio 157», está acusado de homicidio, tráfico y extorsión, entre otros delitos. Había una recompensa de 16,000 dólares para quien brindara información que condujera a su arresto y su foto circulaba por todos los medios. En los últimos meses se habían realizado operativos para aprehenderlo que obligaron a acordonar partes de la ciudad y a veces provocaron tiroteos.