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WASHINGTON (AP).- Venezuela pidió el viernes a las autoridades estadounidenses la detención del exiliado cubano-venezolano Luis Clemente Posada Carriles y su extradición a ese país para ser juzgado por el sabotaje en 1976 con explosivos de un avión cubano de pasajeros que mató a 73 personas.
La embajada venezolana informó que el pedido fue formalmente canalizado a través del Departamento de Estado, cuyos funcionarios han negado versiones de que Posada Carriles, de 77 años y que tiene ciudadanía venezolana, estuviese en Estados Unidos.
Posada Carriles, según versiones atribuidas a fuentes cubanas en el exilio, estaría viviendo en algún lugar del estado de la Florida después de ingresar clandestinamente a Estados Unidos en busca de asilo.
Su abogado en Miami, Eduardo Soto, ha declinado confirmar las versiones.
El Departamento de Estado no suele proporcionar información sobre casos de asilo, por razones de privacidad de las personas.
Gustavo González, otro abogado, dijo que Posada Carriles difícilmente tendría un «juicio justo» en Venezuela luego que esta semana las autoridades en Caracas le negaran el acceso al archivo del caso.
La embajada venezolana dijo que los cargos que se le imputan a Posada Carriles «no han prescrito» y son de «cooperador inmediato en la ejecución del delito de homicidio calificado», sancionado por el código penal civil y «traición a la patria», por el código de justicia militar.
Posada Carriles fue absuelto en dos oportunidades del atentado contra la aerolínea Cubana de Aviación y se escapó de la penitenciaría general de Venezuela en 1985 mientras esperaba sentencia por un tercer proceso.
González negó que se hubiese escapado indicando que sencillamente «salió por la puerta» de la prisión.
Posada Carriles fue arrestado en noviembre del 2000 en Panamá por posesión de explosivos y Venezuela pidió su extradición, lo cual el gobierno panameño de entonces negó en enero del año siguiente.
En agosto del 2004, Posada Carriles recibió un perdón de la presidenta Mireya Moscoso, días antes de dejar el poder.
Según el pedido venezolano, el 2 de noviembre de 1976, la entonces Corte de Primera Instancia Criminal del Circuito Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, determinó «la culpabilidad y la consecuente responsabilidad criminal de Orlando Bosch y Luis Posada como coautores del atentado al avión CU455 de Cubana de Aviación».
Indicó que según las investigaciones de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención del ministerio de Relaciones Interiores, el atentado «fue causado por un aparato explosivo detonado dentro de la aeronave que causó la muerte a 73 personas».
«Por este hecho, Luis Posada recibió una sentencia como coautor en los delitos de homicidio agravado y manufactura de armas de guerra».
Bosh, un activo acticastrista, fue condenado en Estados Unidos a 10 años de prisión en 1968 por un ataque terrorista contra una embarcación polaca. Obtuvo la libertad condicional en 1972, pero la violó al irse del país.
Junto a Posada Carriles cumplió cárcel en Caracas por el atentado contra la aeronave en Caracas y en 1988 regresó a La Florida, donde fue detenido. El Departamento de Justicia emitió una orden de deportación, pero el presidente George W.H. Bush, padre del actual mandatario George W. Bush, lo amnistió poco después y actualmente vive en Miami.
El caso Posada Carriles ha intensificado también la retórica entre Caracas y Washington.
El vicepresidente venezolano José Vicente Rangel dijo que «la protección que le están dando a un terrorista de la calaña de Posada Carriles en los Estados Unidos es la negación de todo el discurso antiterrorista del señor Bush. No podemos seguir utilizando un doble lenguaje. O se lucha contra el terrorismo a fondo, y globalmente, o se cae en la ambig_edad».
Esta semana, el presidente cubano Fidel Castro ha surgerido también a Venezuela la inclusión de Bosh en el pedido de extradición, pero la sugerencia fue desoída.
También un emplazamiento de Castro para que el gobierno chileno se pronuncie por la situación de Posada Carriles fue rechazado por el presidente Ricardo Lagos.
Castro instó al pronunciamiento chileno tras afirmaciones de prensa de que Posada Carriles estuvo también vinculado al asesinato en Washington del ex canciller chileno Orlando Letelier, en septiembre de 1976.
