Pedro Henríquez Ureña y Amado Alonso, en su bien ponderado texto de Gramática Castellana, segundo curso, sacan a “clara luz” una peculiaridad de las siguientes palabras:
Car/á/cter, r/é/gimen y espécimen.
Si decidimos clasificar estas tres voces, según la colocación del acento prosódico, diríamos lo siguiente:
-Carácter, tres sílabas acentuación en el segmento /rác/, llana. Si la convertimos al plural, avanza una sílaba, caract/é/res sigue siendo llana, pero ahora con acentuación sobre la /é/ de /té/;
-R/é/gimen, acento sobre la é de /ré/, antepenúltima sílaba, esdrújula. En plural, gana una sílaba, reg/í/menes; pero ahora el acento recae sobre la sílaba /gí/, antepenúltima;
-Espécimen, esdrújula, acento sobre la /é/ de la sílaba p/é/; esdrújula forzosamente, el acento del empleo en singular: esp/é/cimen deberá dejar el limpio para acomodarse sobre la /í/ de espec/í/menes, toda vez que, de empecinarse en seguir sobre aquella otra vocal del singular: /pé/, se convertiría en sobresdrújula al hacer plural: es-/pé/-ci-me-nes; debe ser es-pe-cí-me-nes, porque tales construcciones sólo se forman con un verbo al cual se le agrega al final uno o más pronombres enclíticos que se colocan, contrariamente a lo que sucede en los casos en que jabal/í/-jabal/í/es, verdad-verdades; composici/ó/n-composici/ó/nes, la pronunciación del acento continúa fijo sobre la vocal tocada con la elevación del tono sobre la vocal señalada. No obstante, en los casos de las palabras carácter, régimen y espécimen cambiamos del segmento donde reposaban, para convertirse en carac/té/res, regim/é/nes y espe/cí/menes, como casos muy especiales de nuestra oralidad.
Es decir que, en los casos anotados por Henríquez Ureña y Amado Alonso se destaca la particularidad de tres sustantivos terminados en consonantes, una en /r/ y dos en /n/, adelantan el acento prosódico una fracción en cada vocablo.
Con todo, es bueno consignar que el problema viene acarreado por el hecho de que el acento de cada uno de esos términos están alejados del final de sílaba que serían imposibles sobresdrújulas, mientras que en el caso la difícil tonalidad la producen voces: llana una, car/á/cter, y esdrújulas dos: esp/é/cimen y régimen. Y cuán entorpecedor sería encauzar las dos esdrújulas, no siendo ellas ni verbo ni pronombres enclíticos, como es esa formulación de tales segmentos como: ex/plí/que-se-le o demostr/é/moselo, con acento en una sílaba anterior a la antepenúltima.
Es oportuno dejar constancia de que hace muchas décadas los autores de la Gramática Castellana dejaron constancia, en torno a este tópico que: [… en los siglos de oro se decía car/á/cteres], en plural (Amado Alonso y Henríquez Ureña).