Rueda De Prensa /El peligro de Continuar es peor que el peligro de olvidar/Guillermo Caram / en su residencia de Santo Domingo RD./Hoy/03-05-2012.Ana Mármol
El economista Guillermo Caram consideró que la definición del modelo de gasto público es un gran dilema que encaran las autoridades, ya que este tema es piedra angular de toda política económica.
Mediante el artículo: “Gasto Público: ¿Asistencialista o Desarrollista?”, Caram señala que a juzgar por el gasto público y otras disposiciones se puede concluir que el gobierno sigue inscrito en el asistencialismo practicado por sus predecesores y sacrifica el gasto de capital-infraestructura que estimula la actividad privada de producir bienes y generar puestos de trabajo.
Además apuesta desproporcionadamente que mediante alianzas público-privadas se puedan lograr las inversiones necesarias para reactivar la economía.
Caram refiere que al 5 de marzo del presente año, los gastos corrientes alcanzaron RD$122 mil millones, representando 97% del gasto total; encaminándose a cumplir la meta presupuestada de RD$768 mil millones. Cita que en enero del 2021 el gasto corriente se mantuvo exactamente igual que en enero del 2020 en RD$48,500 millones, “permitiendo inferir la continuación del asistencialismo instituido por sus predecesores”.
Mientras, el gasto de capital en enero 2021 constituyó solamente 3% del total, al disminuir drásticamente a la doceava parte de enero de 2020.
Indica que al 5 de marzo apenas alcanzaba RD$4,097 millones, que al año equivaldrían a RD$23,365 millones: 20% de los RD$123,158 presupuestados para este año.
En tanto que las construcciones, componente estratégico del gasto de capital, apenas consignaron RD$2 millones en enero, lo que hace parecer imposible que se pueda lograr invertir los RD$30,500 millones presupuestados.
“Al parecer, el gobierno apuesta que las APP compensen esta abrupta caída de las inversiones de capital que indefectiblemente se necesita para incrementar producción y puestos de trabajo”, señala Caram, al advertir que al tratarse de un sistema novedoso, excesiva y complicadamente reglamentado, con precedentes desfavorables; se corre el riesgo de que no respondan con la magnitud y celeridad debidas a las necesidades y el país se quede sin el gasto de capital necesario para activar la economía.
Explica que si así resultare, el gobierno se vería en una grave encrucijada: no solo habría fracasado en su apuesta insignia, sino que, al no activarse la producción, se incrementaría el déficits de balanza comercial, no se generarían puestos de trabajo, aumentando la demanda de empleos públicos y de otros servicios.