El ex gobernador del Banco Central, Guillermo Caram, advirtió ayer que la reducción de las reservas internacionales de esa netidad bancaria no debe ser motivo de preocupación inmediata pero sí interpretada como una señal del deterioro de la economía doméstica y del intercambio comercial.
Consideró que se debe inducir al Gobierno a precipitar un cambio del modelo económico, con el incentivo del aparato productivo nacional, con la ejecución de un equilibrio fiscal disminuyendo el gasto y la revisión del sistema tributario.
El Banco Central había informado que en lo que va de año sus reservas internacionales han disminuido en 528.8 millones de dólares, después de aumentar en 579.2 millones de dólares entre agosto y diciembre de 2009, como resultado de los desembolsos de los organismos internacionales en el marco del acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En virtud de ese acuerdo, el país debió recibir US$ 1,100 millones en financiamiento.
Sobre esa información Caram, también presidente de la Comisión de Políticas Públicas del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), manifestó que en términos absolutos no debe preocupar a las autoridades esa baja en las reservas porque todavía el nivel existente es importante.
Atribuye esa situación a un incremento de las importaciones y disminución de las exportaciones, como consecuencia de la producción exportable.
Caram consideró que se debe producir un cambio en el modelo para que el equilibrio de la balanza de pagos no dependa de nuevos endeudamientos e inversión extranjera y sea susceptible y celosa del equilibrio fiscal.
Un gasto público excesivo y unas recaudaciones que vienen cayendo puede ser interpretado como una señal de la economía de que hay que precipitar los esfuerzos para cambiar el modelo, subrayó.
Reiteró su propuesta de que se revise el sistema tributario dominicano y se incentive el aparato productivo nacional exportable.
Insistió en su advertencia de que la economía dominicana se está haciendo cada vez más informal, perjudicando grandemente al fisco, por lo que planteó a las autoridades discutir con seriedad una reforma fiscal que transparente todo el sistema tributario.
Aclaró que no debe seguir la línea de aumentar y crear nuevos impuestos, sino de reducir algunos que están vigentes y que conspiran contra una buena recaudación.
Subrayó que esa informalidad de la economía ha ido en aumento por el gran volumen de transacciones en efectivo que son realizadas, muchas de ellas de producto de operaciones encubiertas, pero también por la vigencia de medidas oficiales.