¡Caramba mamá!

¡Caramba mamá!

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
No sé hasta cuándo los barahoneros vamos a permitir que nos discriminen. Esa Barahona que me enseñaste a querer con tus consejos, tus enseñanzas, con tu estilo de vida que me hizo ser barahonero nacido en otras tierras. Esa Barahona que tanto queremos, siempre ha sido ninguneada por los gobiernos.

Recuerdo cuando se formuló el Plan Integral para el Desarrollo Agropecuario (PIDAGRO), en la década de 1970 y no había una sola inversión para la península de Barahona.

¡Cuánta injusticia en la distribución de la inversión pública!

Luego, durante años denunciamos, criticamos, reclamamos, discutimos la necesidad de salud colectiva que representaba la eliminación del embarque de yeso al granel a través de una correa sin fin, que cada vez que se realizaba cubría el pueblo con un polvo blanco que enfermó a muchísima gente.

Recuerdo cuando Augusto (Augustón) Peguero Moscoso me invitó a que escribiera sobre un decreto emitido por el presidente Joaquín Balaguer que prohibía el embarque de yeso a granel por el puerto de Barahona.

Augustón, le dije, esas son vainas de Balaguer. No te llames a engaño.

Y luego los hechos me dieron la razón.

De ahí, de esos embarques, de esa contaminación aérea producida por el embarque del yeso fue que mamá contrajo problemas respiratorios.

A finales del verano, en setiembre, mamá contraía una terrible gripe que la molestaba durante varios meses.

Basta con ver lo que ocurre en Río San Juan que a las secretarías de Medio Ambiente y Turismo, en el ejercicio de la vieja y malsana política de desvestir un santo para vestir otro, extraen arena de las playas de allí para reponer las arenas de una playa de Puerto Plata. Esto, sin que aparentemente preocupe el daño que se hace a la playa de Río San Juan.

Aquí no se respeta nada.

Leo en la edición del jueves de este diario, que se proyecta la instalación de una planta para producir energía eléctrica a partir de carbón, en El Cayo, un hermoso trozo de tierra que penetra el mar que bien debe ser usado para la explotación turística con su muelle, la blancura de sus arenas y la belleza cambiante de sus aguas azules.

Leo en la misma información que la planta se instalaría en Barahona para producir 140 megavatios” cuya producción sería llevada a Pueblo Viejo, Cotuí”.

Pero bueno ¿quién o quiénes tuvieron esa ocurrencia? ¿Por qué razón se nos quiere echar esa vaina? ¿Acaso se piensa

que somos dominicanos de segunda?

Eso no lo debemos permitir. Hay que oponerse antes de que den el primer picazo de la obra. Ese proyecto no puede pasar, no es que no debe, es que no puede, salvo que en Barahona hayan desaparecidos los hombres y mujeres que defiendan su pueblo.

Me anotan para las protestas. Mi teléfono es el 809-689- 2720. No aceptemos ese abuso.

Querida mamá cuenta con que en tu nombre, y en el de tanta gente a quien el polvo del yeso hizo daño, me opondré, junto a muchos otros, estoy seguro, a que se nos trate de manera desconsiderada e irrespetuosa.

Ah, no puedo olvidar que, finalmente, moriste de un edema agudo del pulmón.

Tener que escribir de un tema como este el día de tu cumpleaños. ¡Cuánto falta por hacer!

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