Caravana de la Paz mexicana pide ante Casa Blanca fin de guerra contra las drogas

<P>Caravana de la Paz mexicana pide ante Casa Blanca fin de guerra contra las drogas</P>

WASHINGTON. AFP. Un centenar de activistas mexicanos de la Caravana de la Paz pidieron este lunes el fin de la guerra contra las drogas ante la Casa Blanca, como parte de su etapa final tras un mes de gira por Estados Unidos.  

«¡Acaben con la guerra contra las drogas!» fue uno de los lemas que entonaron los manifestantes encabezados por el poeta mexicano Javier Sicilia, promotor de este movimiento de víctimas y familiares de asesinados y desaparecidos.  

Los turistas sacaban fotos con curiosidad y unos cuantos agentes policiales vigilaban a distancia la corta manifestación, que continuó luego hasta una plaza cercana.  

La Caravana de la Paz, una idea que Sicilia gestó hace un año y medio, tras el asesinato de su hijo y de otras seis personas a manos de sicarios, ha recorrido casi 10.000 kilómetros y 25 ciudades a lo largo de Estados Unidos.  

El objetivo fue sensibilizar a la opinión pública estadounidense del drama de la guerra contra el narcotráfico en México, que causó más de 60.000 muertos en seis años.  

Los activistas serán recibidos el martes por la subsecretaria de Democracia y Derechos Humanos, María Otero, en el Departamento de Estado, explicó a la prensa Ted William, uno de los portavoces de la Caravana.  

«Por vez primera ciudadanos estadounidenses y mexicanos se unen en una diplomacia ciudadana», dijo Sicilia, pocas horas después de su llegada a Washington, al ser recibido en la sede de la principal central sindical estadounidense AFL-CIO.  

La Caravana arrancó en suelo estadounidense el pasado 11 de agosto, al cruzar la frontera desde Tijuana (Baja California).  

Los activistas quieren trasladar su mensaje el martes a legisladores en el Congreso y a centros de análisis en la capital estadounidense.  

Uno de los actos será la entrega de fragmentos de dos armas que compraron Sicilia y otros activistas a su paso por la ciudad texana de Houston (sur).  

Según explicó el poeta mexicano a reporteros, activistas estadounidenses que acompañan a la caravana compraron un fusil automático AK-47 y una pistola 9 milímetros en una armería, para luego cortarlas en pedazos con una sierra eléctrica.  

Tras meter esos trozos en bloques de cemento armado, los activistas quieren entregarlos a autoridades estadounidenses.  

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