Carboneros, manos a la obra; llegó la hora de vencer las adversidades

Carboneros, manos a la obra; llegó la hora de vencer las adversidades

De las crisis y de las peores  es que surgen las mejores soluciones. Por lo menos eso es lo que en ocasiones oímos de los políticos, cuando les conviene sacar este argumento.

Ahora, el país ha pasado o está pasando por una crisis debido a los hechos penosos registrados en la frontera, que han llevado a exponerle a la sociedad lo que es la “crisis del carbón y la leña”, pero más o peor es la crisis humana y ecológica, que se vive actualmente y viviremos.

Si somos sinceros y analizamos fríamente la situación, este es el momento para el despegue de la “industria carbonera dominicana” y mejor aún, la que puede afianzar una parte importante de la industria maderera nacional. ¿Qué hacer con las Acacias magium o los Eucaliptos spp. Que hoy producimos u otras especies? Bueno en gran medida madera, leña y carbón. La nobleza de la floresta y el árbol nunca debe ser opacada por decisiones del momento o de “alto interés de la política de Estado” si la misma no tiene que ver con la producción. Seamos realistas.

Somos un país con una vocación forestal natural. La madera fue nuestro primer bien económico de exportación y hoy en vez de exportar igual cantidad de las que importamos, sobre los 300 millones de dólares americanos, queremos limitar las escasas divisas que podemos generar como aporte de este importantísimo sector. Si tuviésemos la paciencia de Job deberíamos sembrar árboles con la misma intensidad que hicimos un “subway”.

El carbón como producto o subproducto de la madera, es de las pocas cosas que estamos exportando hoy, pero reiteramos que en o con las maderas, podemos generar muchas divisas o evitar que las gastemos. En nuestro país son decenas de especies con potencial maderero, entre estos la producción de energía.

Se rumora que debido a la crisis de la frontera, se está pensando en suspender la exportación de carbón y peor aún, suspender su producción, cuando debería ser todo lo contrario.

Si. Es así. Me dijeron y no lo creía. Pero me lo confirmaron. Que se piensa prohibir la producción de carbón vegetal y entre estos a las industrias madereras que queman carbón de manera organizada, controlada y con ciertas tecnologías.

Sí. Estoy y estaré contrario a todo corte ilegal e irracional de maderas, no importa que sea para leña o carbón, para consumo interno o la exportación, pero sí estaremos y por eso este artículo para motivar a que en vez de prohibir incentivemos. Debemos avanzar, nunca retroceder. Sí. De los árboles debemos esperar mucho, es uno de los bienes que la naturaleza ha puesto al servicio del hombre y es a nosotros que nos toca hacer esta realidad. El carbón es y seguirá siendo un bien importante, de uso limitado, pero muy útil, más aún con la incertidumbre que nos tiene el petróleo.

Apreciado lector: este es el momento para consolidar la producción organizada del carbón, con los controles debidos de quien les toque, en este caso las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la de Industrias y Comercio, la de Agricultura, el CEI-RD y en fin al Gobierno.

La foresta debe ser incentivada y ésta oportunidad de usar al máximo el carbón puede catapultar la forestación de áreas que solo sirven para producir madera y sus subproductos. El sector privado organizado debe expresar su apoyo a todo lo que sea organizado y si un saco de carbón se vende al cruzar la frontera en más de mil pesos dominicanos indica que es negocio y nosotros podemos producirlos de manera competitiva y sostenida desde nuestras plantaciones y hornos controlados.

Tengo entendido, que estamos exportando carbón de manera organizada a Haití, Puerto Rico y otras islas, obviamente se oferta en el país este carbón nacional también. Vamos a ser un poco demagogo o político, con el país y los madereros. Debemos decirles que este es el momento del grito esperanzador de “e pá lante que vamos” carbonero, en vez de restringirlos.

A la vez no me sumo a los políticos que por “defender la soberanía y los recursos naturales” quieren cerrar la producción de carbón y sí a los que comprenden que el momento del despegue definitivo es ahora, lo que favorecerá los planes forestales del Estado de manera organizada y así sí defendemos al país de todos. Y aclaro que no estamos en el negocio, pero creemos en el país, en la industria maderera, agroforestal y en este caso la carbonera. No soy carbonero, pero no era judío, católico o loco. Cuando desperté era muy tarde. Recordemos la historia.

Manos a la obra hoy que llegó la hora de vencer adversidades.

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