Horas después de que cinco de los imputados del caso Coral fueran trasladados la mañana de ayer a la cárcel de Najayo para cumplir prisión preventiva, este centro penitenciario lucía casi desolado en las afueras, con apenas unas pocas personas que iban a llevarle pertenencias a otros reclusos ingresados en este penal.
El mayor general Adán Cáceres Silvestre, el coronel de la Policía Rafael Núñez de Aza, el cabo policial Tanner Flete Guzmán, el sargento de la Armada Alejandro Montero Cruz y la pastora Rossy Guzmán, contra quienes un juzgado dictó 18 meses de prisión preventiva por su presunta vinculación a una red de corrupción en organismos castrenses, fueron trasladados bajo estrictas medidas de seguridad desde cárceles preventivas de la capital hacia el complejo penitenciario de Najayo, en San Cristóbal, cerca de las 5:30 de la mañana.
Los primeros cuatro fueron llevados al Centro de Corrección y Rehabilitación (CCR) Najayo Hombres, mientras que la predicadora fue ingresada al CCR Najayo Mujeres. Estas prisiones están ubicadas una al lado de la otra y son administradas por el Modelo de Gestión Penitenciaria (MGP).
Hasta el mediodía, ningún abogado o allegado de estos cinco encartados se había presentado al complejo carcelario.
Se presume que todos estos imputados estarán recluidos en celdas de máxima seguridad por la trascendencia y complejidad de este caso de corrupción, en el que el Ministerio Público sostiene que se manejaron de forma irregular RD$3,000 millones del presupuesto de entidades militares y policiales.
Respecto al mayor del Ejército Raúl Girón Jiménez, quien delató el supuesto modus operandi del entramado de corrupción, este fue conducido al lugar confidencial en el que cumplirá el arresto domiciliario que por motivos de seguridad solicitó el MP y dispuso la jueza de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional.