Cárceles del país no ayudan a rehabilitar
los prisioneros

Cárceles del país no ayudan a rehabilitar <BR>los prisioneros

POR GERMAN MARTE
Las cárceles dominicanas no se adecuan para nada a la misión que tienen encomendada acorde con la ley penitenciaria, ni contribuyen a rehabilitar a los reclusos para su reinserción a la sociedad, a juicio del experto en sistema penitenciario, Andréu Estela Barnet, asesor de la reforma penitenciaria.

Barnet indicó que las estructuras carcelarias son tan ineficientes que algunas de ellas no sirven ni para almacenes.

Empero, estimó, otras con un poco de inversión podrían ser útiles para cumplir los objetivos de la ley.

Asimismo dijo que se tiene previsto la construcción de nuevos centros penitenciarios.

Sin embargo, advirtió, no se trata sólo de estructuras físicas, sino que hace falta voluntad, interés del personal de creer en un proyecto carcelario diferente.

En este sentido señaló que en el país dio un gran paso al aprobar la ley 224-84 que establece que un personal civil debe intervenir en la vigilancia y custodia de las cárceles, se trata de un cuerpo de vigilancia y tratamiento, como lo han recomendado los organismos internacionales.

Debido a estos cambios, indicó, se fue quedando desfasada la labor de custodia que tenían los policías y los militares en los recintos carcelarios.

Ese personal civil es el que tiene la responsabilidad de garantizar la custodia en las cárceles y en todo el perímetro del recinto para evitar fugas, señaló Barnet entrevistado por Servio Tulio Castaños Guzmán, en el programa televisivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS).

La ley, dijo, prevé esa función, «pero el problema es que no se ha podido aplicar».

Por otro lado, el experto en asuntos penitenciarios dijo que entre los aspectos normativos que debe tener una ley penitenciaria está la individualización de la pena -reconociendo las individualidades de cada recluso- y por tanto hay que tratar cada individualidad, y que todo el ambiente penitenciario tiende a un sistema progresivo en la que se pase de un sistema cerrado y que cada vez se incremente la integración del recluso con su referencia social.

Destacó que un preso que permanezca encerrado, sin contacto con su mundo exterior y que no haya pasado por un proceso progresivo de contacto con su situación social reincide mucho más que aquel que poco a poco se ha ido reintegrando a su medio, mediante permisos de salida, un sistema de régimen abierto, un sistema de libertad condicional, una intervención terapéutica en el exterior de la prisión

Todos estos contactos con la realidad social facilitan la reinserción social y evita que reincidan en actos reñidos con la ley, afirmó el asesor en reforma penitenciaria.

Destacó que la escuela penitenciaria está preparando personal para trabajar en las cárceles y ya se han graduado cuatro promociones.

Indicó que en Puerto Plata, donde se inició el proceso no se han producido inconvenientes desde que se comenzó el nuevo sistema y los reclusos han sido excelentes, pues desde que se comenzó a aplicar el nuevo sistema sólo dos reclusos o internos pidieron su traslado del lugar, pero en los demás casos, cuando se han registrado inconvenientes de convivencia, con la simple amenaza de traslado se ha logrado que cambien su conducta.

Mientras que de 252 mujeres que hay en la cárcel modelo de Najayo apenas cuatro no lograron adaptarse al sistema, mientras que las restantes 248 han ganado en estado anímico, de salud y en otros aspectos que dignifican a una persona, de acuerdo con el experto.

TRATAMIENTO

A Juicio de Barnet, el pilar fundamental de un sistema penitenciario tiene que ser el tratamiento y para ello es preciso formar al personal que trabaja en los centros penitenciarios.

Dijo que con la ayuda del Programa de Apoyo a la Reforma y Modernización del Estado (PARME) se ha logrado integrar a todos los actores del sistema penitenciario, «y hemos conseguido que se entienda que ese pilar, que es el tratamiento, sea el hilo conductor de todas las intervenciones que se hagan en el sistema penitenciario».

El experto entiende que se impone que se desarrollen programas con el apoyo del empresariado, la Pastoral Penitenciaria e instituciones públicas y privadas que estén interesadas en ayudar.

Y al respecto señaló que ya se han iniciado algunos proyectos de este tipo en Puerto Plata, donde se están impartiendo cursos de informática de formación profesional, porque al fin y al cabo hay que preparar a los reclusos para su reinserción en la sociedad.

Barnet dijo que las autoridades, con el apoyo del PARME, se está trabajando para alcanzar metas específicas de aquí a un año un número importante de agentes graduados y una serie de centros remodelados para poder cumplir con las metas que se han trazado.

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