Personas sometidas a la justicia en el Distrito Nacional y con procesos abiertos desde hace años cumplen prisión preventiva en cárceles tan alejadas de la Capital como Azua, Barahona y Dajabón, y para poder llegar a tiempo a sus audiencias deben ser trasladados un día antes al Palacio de Justicia de Ciudad Nueva.
Otros corren con peor suerte y no logran estar a tiempo en sus juicios, por lo que sus procesos suelen alargarse más de lo establecido en la normativa penal dominicana.
La ubicación de un imputado en una prisión es considerada, a veces, como un castigo, ya que mientras peor se comporte el acusado, más lejos será trasladado.
También, cuanto más grave se estime el crimen o delito cometido, el reo es ubicado más distante de su familia y del tribunal.
En ocasiones, el cambio de prisión ocurre después de que un tribunal ordena su reclusión en una cárcel determinada y se hace sin que otro juez disponga su traslado a otro penal.
Abogados han denunciado que los imputados no son llevados al tribunal a la hora indicada en la citación de la secretaría, porque tienen problemas con el personal de custodia.
Se trata de un caso que el sistema judicial dominicano no ha podido resolver, para garantizar que el juicio del acusado no dependa de situaciones aisladas. Imputados que temen a las cárceles apartadas de la ciudad por inseguras; otros las prefieren por permisivas.