Cardenal advierte consecuencias de no ofrecer educación sólida

Cardenal advierte consecuencias de no ofrecer educación sólida

POR LLENNIS JIMÉNEZ
El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez advirtió ayer que si a la gente no se le da educación y una formación sólida cristiana, hará del mundo lo que quiera, “aunque sean las “perversas realidades que muchas veces se convierten en el mundo de hoy”.

Asimismo, el arzobispo metropolitano de Santo Domingo exhortó a los maestros a impartir docencia en ambientes donde prevalezca la verdad, la justicia y el amor, y les acordó que el mundo lo gobiernan las ideas encarnadas en hombres y en mujeres.

Clamó por una enseñanza en la que se garantice el desarrollo de los estudiantes. El prelado ofició una misa en la Catedral Primada en conmemoración del cuadragésimo aniversario de la fundación del Colegio Claret, en la que bendijo la labor que realizan autoridades y maestros a favor de los 1,500 alumnos que se preparan desde el ciclo inicial hasta el bachillerato.

Agradeció el trabajo de los directivos y formadores del colegio Claret, por lo que los animó a seguir hacia delante, a creer en lo que hacen y a trabajar con entusiasmo, en especial a su director, el padre Juan Alexis Díaz Marmolejos y a sus 52 maestros.

Les recordó que los niños que se educan son sus hijos espirituales y como tales, tienen que darle todo lo posible por su formación. “Me consta que el Colegio (Claret) goza de prestigio, que es estimado en Santo Domingo”. Visiblemente emocionado por la presencia de maestros, alumnos y padres, López Rodríguez señaló que durante 15 años fue profesor de la orden franciscana, en La Vega, donde instruyó a las muchachas de bachillerato.

“Al principio empecé como profesor, pero me di cuenta que era más importante mi labor en forma activa y espiritual con ellas, que las clases, que las podía dar otra persona”, dijo, tras referirse al trabajo espiritual que realizó, entre celebraciones, información, catequesis.

Señaló que nota al cabo de casi 40 años, que estas muchachas conservan un gran cariño por él, a quien conocían como el padre López. Atribuyó lo sucedido a que se interesó en todo momento en su formación humana, porque fueran mujeres de verdad, sólidamente  formadas, que se capacitaran para la vida, ya que su estadía de ocho o diez años en el colegio era pasajera, y lo que viniera después, era el gran desafío.

“Yo soy un convencido de la educación y por esta razón, cuando vi aquellos desajustes que hubo hace unos 30 años en nuestro país y en otras partes de América, que se dejaron todos estos colegios, por razones ideologizadas, de que estaban formando gente que no cumplían con la justicia”, manifestó el cardenal, al momento de insistir que hay que tratar de formar hombres y mujeres en todos los niveles.

Habló de la importancia del Colegio Claret y dio gracias al Señor en nombre de todas las iglesias diocesanas, de las que consideró que fueron las más beneficiadas de la presencia de la Orden de la Caridad, a través de sus colegios. Agradeció a Dios por el bien que significa su presencia en el país, en una labor que a su entender, sólo el Señor tiene capacidad para evaluarla.

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