Cardenal chileno declara por abusos de cura pedófilo

Cardenal chileno declara por abusos de cura pedófilo

SANTIAGO, Chile. El cardenal emérito chileno Francisco Javier Errázuriz fue interrogado el miércoles por un juez que indaga las acusaciones de tres sobrevivientes de abuso sexual que lo acusan de encubrir las acciones deshonestas de un cura pedófilo de la iglesia local.

Errázuriz, 82 años, se negó a acudir a la oficina del juez Juan Manuel Muñoz y respondió a las preguntas del magistrado en la casa donde viven los obispos retirados, en una diligencia que se prolongaba por más de tres horas. Dos de los acusadores, el médico James Hamilton y el filósofo José Andrés Murillo llegaron a la casa de los religiosos acompañados de su abogado Juan Pablo Hermosilla, aunque no tomarán parte en la diligencia.

El tercero, el periodista Juan Carlos Cruz reside en Filadelfia, Estados Unidos. El juez Muñoz dijo a su llegada a la casa del cardenal que los acusadores se presentaron porque el dueño de casa lo autorizó. Los abusados afirman que Errázuriz conoció varias denuncias escritas contra el sacerdote Fernando Karadima, quien fuera uno de los más influyentes curas y formador de cinco obispos, y se negó a investigarlas, lo que permitió que los actos deshonestos continuaran por varios años.

Errázuriz integra desde 2013 una comisión de nueve cardenales que asesoran al papa Francisco en el gobierno de la Iglesia y que prepara una revisión de la Constitución Apostólica que guía a la curia romana. Renunció al arzobispado, por edad, en 2010.

Como Arzobispo de Santiago (1998-20109 le tocó conocer las denuncias contra Karadima desde 2003, pero no investigó. El Vaticano encontró culpable al cura de numerosos casos de abuso sexual y a comienzos de 2011 lo condenó a una vida de “oración y penitencia”. Los querellantes también acusan de encubrimiento al actual arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, de desoír a los abusados que iniciaron un juicio civil contra el Arzobispado de Santiago, al que exigen una indemnización de 450 millones de pesos (unos 638.000 dólares), y que se disculpe públicamente por lo que califican de encubrimiento de Karadima. Errázuriz y Ezzati niegan las acusaciones.

La primera carta denuncia es de Murillo y data de 2002, Fue entregada por un sacerdote al entonces Arzobispo de Santiago, quien no hizo nada.

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