En una misa anfe el féretro con los restos mortales del recién fallecido obispo emérito de Santiago, Roque Adames, el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez definió al finado como uno de los grandes hombres de la Iglesia en toda la historia. Ayer el Presidente Leonel Fernández envió un mensaje de condolencias a la Iglesia y a los familiares de Adames.
SANTIAGO. El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, declaró que el fenecido obispo Roque Adames fue uno de los grandes hombres de la Iglesia en toda la historia.
López Rodríguez dijo que sentía mucho respeto por Adames sobre todo en el aspecto intelectual, y contó que en sus años de cátedra universitaria, el obispo era muy querido por su sapiencia, cariño y talento.
Resaltó que en Roma, cuando hizo sus estudios dejó sembradas huellas de éxito y que fue para él una gran sorpresa verlo llegar a su casa, cuando fue intervenido quirúrgicamente.
Fue para mí una satisfacción muy grande, cuando lo vi llegar a mi casa recién operado yo y él así enfermo me causó una sensación de humildad y el amor que el irradiaba. Ese acto yo lo agradecí, pero estaba muy afligido y yo tuve más bien que curarlo a él, expresó.
Señaló que en la Conferencia del Episcopado era de mucho valor, capacidad y preparación intelectual.
El Cardenal presidió una misa en la capilla Nuestra Señora de la Anunciación, de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra donde es velado Roque Adames. Antes del Cardenal, a las 9:00 de la mañana de este lunes, se realizó una eucaristía de cuerpo presente, oficiada por el obispo de la diócesis de San Juan de la Maguana, monseñor José Dolores Grullón.
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Otra eucaristía
Las actividades de velatorio del religioso prosiguieron en la tarde, con la realización de otra eucaristía a cargo de monseñor Antonio Camilo, de La vega, quien se refirió al Obispo como amigo entrañable y gran consejero.