Cardenal hondureño presidió ayer ordenación de cuatro sacerdotes

Cardenal hondureño presidió ayer ordenación de cuatro sacerdotes

El cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga ordenó ayer a cuatro nuevos sacerdotes salesianos, durante un acto donde asistieron religiosos, religiosas y cientos de feligreses.

En el acto de ordenación sacerdotal celebrado en el Colegio Quisqueya, donde estuvieron presentes el obispo emérito Fabio Mamerto Rivas y el superior salesiano, José Pastor Ramírez, se instruyó a los nuevos presbíteros a ser obedientes al obispo diocesano.

Los nuevos sacerdotes son Cristian Osmar Canario, Edison Capellán Pascual, Ely Alberto Peña Minaya y Manuel de Jesús Rodríguez Pérez.

Canario, nacido en El Cercado, el 30 de agosto de 1970, oficiará su primera misa este domingo en la parroquia María Auxiliadora, barrio Mejoramiento Social, mientras que Capellán Pascual, nacido en La Vega, el 25 de enero de 1974, oficiará a las 8:30 de la mañana, en la parroquia Santo Domingo Savio, de La Vega.

Asimismo, el sacerdote Peña Minaya, nacido en Santo Domingo, el 4 de julio de 1974, tendrá su primer compromiso en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de Villa Juana, mientras que Rodríguez Pérez, nacido en Moca, el 15 de enero de 1974, oficiará su primera liturgia en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en esa ciudad.

El arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, monseñor Rodríguez Maradiaga, exhortó a los sacerdotes a consagrarse en su servicio de amor a los demás y profesar obediencia a su obispo.

Dijo, además, que deben responder a los desafíos de la nueva revolución industrial como lo hizo Don Bosco, porque entiende que son los sacerdotes que deben guiar a los jóvenes víctimas de la globalización y surgido de la revolución informática.

Manifestó también que deben tener el espíritu salesiano “que no está muerto ni dormido, ni pertenece a ningún museo de arteología, sino que es un carisma actualizado”.

Los exhortó responder con creatividad a esos desafíos a través de la familia y destacó que el Papa Juan Pablo II, les ha recordado que la prioridad pastoral se llama la santidad.

Les recordó a los nuevos sacerdotes salesianos, que el objetivo de la sociedad de San Francisco de Sales, es la santificación de sus miembros y que eso no es optativo de esos sacerdotes, sino la calidad principal por la cual se ordenan, el mejor servicio que le deberán presentar a los jóvenes.

Dijo que fueron llamados al sacerdocio como misioneros de los jóvenes, con un corazón misionero como el del apóstol San Pablo.

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