El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez llamó  ayer a la familia dominicana a tomar medidas para frenar la criminalidad educando a los niños desde los primeros años de edad, tras afirmar  que un criminal no se improvisa  y que ese problema empieza en los hogares.

“Hay que comenzar por la casa.  Si no hay hogar, no hay nada que hacer”, expresó al referirse a los feminicios y la proliferación de la criminalidad en sentido general.

López Rodríguez habló con periodistas al término de una misa dedicada a la octava promoción del programa de formación tde 126 aspirantes a Agentes de Vigilancia y Tratamiento Penintenciarios (VTPs), que fue concelebrada con el padre Fray Arístides Jiménez  en la catedral Primada de América y que contó con la presencia del director de Prisiones, Angel Castillo.

“No sé qué es lo que está pasando en República Dominicana. Nos sentimos todos lastimados con esta barbaridad, con estos crímenes tan salvajes, despiadados, sin conciencia, no hay forma de calificar esto.  Yo pensé que habría alguna reacción frente a todo lo que se ha vendido diciendo, pero no, parece que el crimen se mantiene, con una insolencia, con un desenfado y  una injustificación  absoluta”, dijo.

En cuanto a la incidencia que podrían tener en el aumento de la criminalidad  los  problemas económicos que afectan la sociedad, López Rodríguez expresó “y también la poca vergüenza de muchos que nunca la han tenido. Un criminal no se improvisa”.

Alertó sobre la generalización de la delincuencia vinculada al narcotráfico, que calificó como  vergonzosa y penosa.

 Las cárceles.  Resaltó la transformación que han experimentado las cárceles bajo el nuevo modelo penitenciario.

Coincidió con Castillo en que las cárceles  del país indiscutiblemente  han mejorado y   hay que cambiar el esquema y la imagen.

Las claves

1. Reciben bendición

 Los aspirantes a VTPS, que son formados en San Cristóbal,  recibieron la bendición del Cardenal, quien ofició la misa que fue animada por un coro que integrado por internos de las cárceles de Najayo y La Victoria, dirigido por César Tavárez. El  modelo de gestión penitenciaria tiene más de 1,000 agentes de vigilancia distribuidos en 14 centros.