Hoy 
POR FERNANDO QUIROZ
El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez pidió anoche al presidente Leonel Fernández que en los casos que haya que actuar contra la corrupción lo haga de manera drástica, sin contemplación y sin importar quién esté de por medio.
El prelado dijo que hace falta devolverle a la ciudadanía la confianza en las instituciones públicas, que estimó, se va perdiendo por una concatenación de hechos que no se justifican, como robos, distracción de fondos y abusos.
López Rodríguez, quien fue entrevistado en el Teatro Nacional, previo al acto de clausura de la Feria del Libro, sostuvo que nunca se va al poder, en ningún sitio del mundo, a aprovecharse ni a lucrarse.
Calificó de «pena y vergüenza» que se tenga que estar cada cierto tiempo editando ese tipo de cosas, lamentando hechos vergonzosos.
«El que me conoce a mí sabe cómo pienso. No soy hombre de andar con paños tibios con nadie», expresó el arzobispo de Santo Domingo en una de sus primeras declaraciones luego de venir de Roma, donde fue uno de los 115 cardenales que eligió al Papa Benedicto XVI.
Aunque manifestó que no ha tenido tiempo de revisar el cúmulo de la prensa, López Rodríguez señaló que ha recibido información de la indignación de mucha gente por escándalos de corrupción denunciados.
Entiende que la actuación contra la corrupción debe ser siempre basada en la verdad, seriedad y responsabilidad.
«Si a mi me tocara tomar una decisión así le garantizo que lo haría con entera libertad, sin ningún miramientos con nadie», agregó.
Dijo que en el país ya se ha dicho todo contra la corrupción, y que lo que hace falta es actuar de manera coherente.
«Al gobierno no se va a eso…se va a gobernar», indicó el dignatario católico. Y agregó: «El gobierno es un servicio que se presta a la ciudadanía».
Recordó que los obispos del país, en su conjunto y de manera particular, han hecho frecuentes pronunciamientos en contra de la corrupción.
«Cuando aparecen estas cosas uno se siente frustrado, cuantas veces lo hemos lamentado, se ve como que esto no tiene solución, siempre lamentando la misma tontería», añadió el prelado cuando se retiraba de la Plaza de la Cultura después de una hora y veinte minutos de espera y el acto no se iniciaba en espera del Presidente Fernández.
