Cardenal Ravasi y la política cultural

Cardenal Ravasi y la política cultural

El Cardenal Gianfranco Ravasi vino al país a representar al Papa Benedicto XIV, pero también vino en su propio nombre, pues es presidente de Cultura de la Santa Sede.  Con ese importante rol a cuestas y una maravillosa representación de las obras de arte del Vaticano, la réplica de la Santa Piedad y cientos de títulos editados por “Librería Editrice Vaticana” para exhibición y venta al público, se integró al programa general de la XIV Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2011.Le escuchamos  dictar una conferencia magistral sobre la política cultural del Vaticano en la que  se  lució como orador al dictarla sin ningún documento de referencia. Y, no solo por no leer, sino por la manera fluida en que salían de sus labios  las palabras con las que condensaba sus ideas y citas y opiniones de  grandes pensadores, a uno y otro lado de la Iglesia. El horizonte (cuadro uno, del díptico).  El Cardenal Ravasi nos invitó a imaginar dos cuadros, el primero lo denominó “El horizonte” en el que se paseó por la historia de la cultura, desde el nacimiento mismo de la palabra  -inventada por los alemanes- y los conceptos que ha representado a través de la historia. Un término, dijo, que nació aristocrático y que hoy es antropológico ya que “toda la actividad humana es cultural”. En este contexto se movió por el concepto de cultura y sus ramificaciones -multiculturalismo,  integralismo, fundamentalismo e interculturalidad- esta última su preferida porque a su entender esta debe ser un diálogo en el que ninguno de los entes culturales pierdan su identidad. Habló del  Modernismo y del tiempo en que vivimos, en el que a su entender,  dominan “la fragmentación, la superficialidad y la inconsistencia”.    La verdad, otra de los conceptos sobre los que fluyó su disertación, en principio estaba en la base misma de la cultura, del pensamiento y la sociedad, pero   ahora “nos encontramos con  dos modelos de la verdad”. El primero, el clásico de la teología, de la fe, de la religión -verdad que nos anticipa y nos excede- y el otro que se establece a partir de unas determinadas normas o reglas. Estableció luego  que  ni las leyes ni las normas vienen de la verdad, sino de la autoridad: la eclesiástica, el gobierno.  Entonces la verdad   cambia y varía dependiendo de la verdad que emane de esa autoridad. Criticó el subjetivismo y el situacionismo imperantes que cambian el sentido de la verdad dependiendo de la situación y el contexto en el que ocurran los hechos. El cardenal Ravasi fue haciendo estas reflexiones pasando por grandes pensadores de la historia, la Iglesia, las sociedades -de Platón a San Agustín para concluir que la verdad, al igual que la religión “no puede ser impuesta”-. Es la primera vez que escuchamos a una autoridad de la Iglesia Católica expresar con tanta claridad una reflexión de esta naturaleza, basada, no en la fe en sí misma, sino en el conocimiento de que la fe es también parte de la cultura y que como tal tiene también un contexto  histórico y filosófico. Ravasi  anima a que se prosiga  la búsqueda de  la verdad,  coincidiendo con la  aseveración de  San Agustín en el sentido   de que “una vida sin buscar la verdad, no merece ser vivida”.Los recorridos (cuadro dos, del díptico).  Ante este conocimiento que expresa el horizonte que sirve de marco al espacio en que nos movemos, el Cardenal Ravasi, con la anuencia del Papa Benedicto XIV está desarrollando varios recorridos “pues aunque quisiera no los puedo desarrollar todos”. Uno de ellos es el de la comunicación. “Sabemos que estamos asistiendo a una revolución del lenguaje y los jóvenes tienen mucho que enseñarnos y nosotros mucho que aprender de ellos”. Por eso, desde la Santa Sede organizó una jornada dedicada al blog “que es un fenómeno nuevo, fundamental ya que tiene millones de contactos y es un tema de interés para la Iglesia, porque la Iglesia tiene que comunicarse también de esta manera”.También puso a dialogar el cristianismo con el ateísmo. “Lo hicimos en París, ciudad símbolo de la laicidad. Organizamos diálogos en la Unesco y en La Sorbona sobre los grandes temas de la existencia, con resultados sorprendentes y en la noche culminamos con un gran espectáculo frente  a Notre Damme”. Ravasi ha logrado establecer por fin un diálogo sin cortapisas entre las diversas culturas sobre la fe y el arte. “Los artistas han caminado junto a los creyentes. Los artistas representan lo visible de lo invisible”. Citó la definición de Arte del Premio Nobel, Herman Hesse: “arte significa en cada cosa mostrar a Dios”. Que es el modo de ver lo que hace un artista, “en un verso puede expresar lo infinito y lo eterno. La tarea de la fe es trascendente”.Ravasi dice que no es posible que el arte y la fe hayan podido estar divorciados, y que por eso en el 2009 el Vaticano convocó a 300 artistas de todo el mundo a la Capilla Sixtina “creyentes, no creyentes, islámicos, que entraron 30 minutos antes que su Santidad, el Papa. Fueron entrando y se quedaban mirando el Juicio Universal de Miguel Ángel y espontáneamente se quedaron todos en silencio y en contemplación”. Silencio y contemplación. Valores esenciales de la fe que se manifiestan sin ninguna inducción ante la presencia de las grandes obras de los artistas. La cosa no se queda ahí. La cultura que el Cardenal Ravasi asocia a la Santa Sede, de la que se alimenta y a la que retroalimenta, está dirigida a cubrir varios aspectos, la interculturalidad, la economía, ateísmo, fe y arte, fe y ciencia. Este último binomio: fe y ciencia, lo llevó hasta una de las universidades norteamericanas para participar en un Congreso Internacional sobre las Células, cubriendo el campo de la ciencia y la bioética con la participación de teólogos y no teólogos.  Participó en congresos con motivo del Centenario del Charles Darwin y su evolucionismo.  Aprendiendo sobre neurociencia, hablando del alma, la moral y buscando respuestas a la relación que existe entre las neuronas y la ciencia, con profesores que presentan la fe de una parte y de otra la ciencia: “tenemos tantas neuronas como estrellas en el universo”. Combatiendo lo que él llama el fundamentalismo religioso y el fundamentalismo científico y recuerda lo que pasó con Galileo Galilei por cuyo error la Iglesia pidió perdón a la humanidad.

Concluyó negando a los fundamentalistas que consideran la independencia de ciencia y religión, a los positivistas que entienden a la ciencia como único modelo. Puso de ejemplo a Albert Einstein que para poder conformar la teoría de la relatividad tuvo que integrar a la física, filosofía, teología y simbolismo.

«Lo que demuestra que el hombre no tiene un solo canal de la ciencia, sino que en sí mismo tiene varios canales de conocimiento», expresó Ravasi.

 Y que lo importante es escuchar lo que dice el otro, su punto de vista. Confieso que me encantó escuchar al Cardenal Ravasi y que me hizo sentir muy orgullosa de mi Iglesia.

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