Cardenal reclama someter país a plan de austeridad

Cardenal reclama someter país a plan de austeridad

El presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano consideró ayer que la sociedad tiene la necesidad de ser sometida a un plan de austeridad que envuelva a todos los sectores, incluyendo al gobierno central. El Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez dijo que esta austeridad debe empezar con el ahorro de combustibles y energía  eléctrica. Expuso, en sus declaraciones a este diario, que la crisis alimentaría y los altos precios del petróleo, fenómenos externos, impactan seriamente sobre la economía doméstica. López Rodríguez fue electo recientemente presidente del Episcopado, posición que había ocupado antes.

El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez expuso ayer la necesidad de que la República Dominicana sea sometida a un plan de austeridad que involucre a todos los sectores y que empiece por el ahorro de combustible y de energía eléctrica.

El  presidente de la Conferencia del Episcopado (CED) y arzobispo metropolitano de Santo Domingo  concedió una entrevista exclusiva   a esta redactora en la que propuso las  medidas para un estilo de vida en sobriedad. Opinó que dada la crisis económica que afecta al país y al mundo, la austeridad debe abarcar al gobierno central.

Deploró el impacto que causa en el precio de los alimentos y otros renglones de la economía criolla el elevado costo del petróleo en el mercado internacional.

Expresó que el aumento en la cotización del petróleo se refleja encareciendo el transporte y  la producción de los alimentos. Dijo que los dominicanos tienen que entender que se amerita entrar a un proceso racional de ahorro. López Rodríguez señaló que muchas de las cosas que suceden en el país son consecuencias de otros fenómenos internacionales, como lo ocurrido con el petróleo, “que  es una realidad que se nos viene encima”.

Empero, el cardenal valoró los esfuerzos que hace el Poder Ejecutivo. Resaltó las reuniones que celebra el presidente Leonel Fernández con los diversos sectores del país (económicos, financieros, eléctricos) para ver la forma de buscarle  soluciones a estos  problemas. Cree que Fernández no está de brazos cruzados. Estimó que como primer magistrado de la nación, Fernández –un hombre leído, inteligente y actualizado- está en contacto con otros jefes de Estado, con la finalidad de intercambiar ideas que permitan analizar la situación actual.

López Rodríguez está convencido de las ventajas que ofrecen al Caribe las cumbres de mandatarios, como la Cumbre de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), celebrada en Roma y a la que asistió Fernández.

López Rodríguez defendió los postulados que sostenía el extinto papa Juan Pablo II acerca de la necesidad de globalizar la solidaridad.    

Jefe de Estado consciente.  Manifestó que presidente Fernández no es ajeno a esto y señaló su intención de obtener beneficios del Acuerdo Petrocaribe, con la República de Venezuela, país al que viajó el mandatario en procura de cooperación.

Jóvenes se suman a la  fe de hoy

López Rodríguez afirmó que el mundo vive una etapa difícil. “El mundo entero, no solamente en nuestro país, estamos en un contexto universal por una serie de fenómenos”.

Pero está convencido de que en el país, como en todas partes, hay gente que tiene un gran sentido de lo religioso.

 Explica la espiritualidad del dominicano partiendo de la certidumbre de que  hay gente que tiene un gran sentido de lo religioso y que han procurado encontrarse con el Señor, a través de su palabra. También, los que participan en la Iglesia Católica en la vida sacramental. “Esto lo vemos y hay un Plan de Pastoral ahora, que está llevando mucha gente a encuentro personal, comunitario, pero también podemos entablar relaciones con otras iglesias católicas.

Los menos adultos.  Apasionado con el tema de juventud, dice que son muchos los que buscan del Señor.

“Sí, sí”, fueron las aseveraciones del arzobispo y presidente de la CED  a la pregunta de si la juventud se siente comprometida con la fe. “Voy conociendo de muchos grupos de jóvenes que están aprendiendo a orar, a usar las sagradas escrituras. Están aprendiendo a encontrarse, a ver si logran formar comunidades”.

   Significó que todo el eso es parte de un proceso, que sin duda ninguna, debe ser valorado, ya que la gente joven está haciendo un esfuerzo por lograr la fe.

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Propósito de un todo

El cardenal  no es ajeno a la  realidad del fenómeno globalización, ese que explica que los franceses prefieren llamar mundialización y que  a su juicio, se ha ido imponiendo en los últimos años. Lo considera  una realidad que no se puede negar, y, “parece que a eso tendemos”. Recordó que en su momento, Juan Pablo II, puso una observación al fenómeno de la globalización, entendiendo que había que darle un rostro humano, comenzando por la misma economía. Al ver Juan Pablo II que había tanta desproporción entre  países y  continentes,  llegó incluso, a  hablar de la globalización de la solidaridad.

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