Cardenal se queja lentitud justicia ante la corrupción

Cardenal se queja lentitud justicia ante la corrupción

POR RADHAMES GONZALEZ
El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez criticó ayer lo que definió como exagerada lentitud y timidez de la justicia ante “tantas cuentas pendientes” de gentes que han aprovechado su paso por la administración pública para asaltar las arcas del Estado, acumulando fortunas cuyo monto da vergüenza mencionar.

El arzobispo de Santo Domingo dijo también que sufre la situación de violencia que perturba a amplios sectores de la sociedad, y de pobreza “que azota a un número considerable de nuestros hermanos y hermanas dominicanos”.

López Rodríguez deploró “la carencia de autoridad y control que se percibe por doquier y la situación de marginación en que están sumidos muchos de nuestros barrios en Santo Domingo y en otras ciudades”.

“Sufro cuando veo que no somos capaces de garantizar una buena escolaridad a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, que por otra parte, muchas veces son víctimas de la irresponsabilidad paterna y materna”, expresó el arzobispo.

Dijo que lo que más le duele es “la insensibilidad de la gente que más puede hacer económicamente y que pretende desentenderse de los problemas que nos acosan”, como también le duelen “ la división y fragmentación de que adolecen nuestras instituciones políticas”.

Declaró que muchos partidos políticos “han desaprovechado las oportunidades que el pueblo les ha dado para sacar adelante el país, y lo que han hecho en la mayor parte de los casos es aprovecharse de esas oportunidades para lucrarse, asaltando descaradamente las arcas del Estado, acumulando sin escrúpulos ni sonrojos fortunas cuyos montos da vergüenza mencionar”.

“Es penoso que habiendo tantas cuentas pendientes con la justicia, ésta haya actuado hasta ahora con exagerada timidez y muchos creen que con temor político”, manifestó López Rodríguez.

Consideró que “ante los gravísimos desórdenes que aquí se han visto en las distintas administraciones, lo que procede es actuar clara, diligente, valiente y convincentemente contra todos los ladrones, sin distinciones ni privilegios”.

“Eso es lo que el pueblo dominicano defraudado, espera no con paños tibios ni contemplaciones piadosas”, manifestó el cardenal López Rodríguez tras pronunciar palabra de agradecimiento por haber recibido una placa de reconocimiento que le entregaron el comité ejecutivo de la Liga Municipal Dominicana (LMD) y la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU).

Estimó que “es inconcebible que siendo incalculables las fortunas robadas en este país, la justicia haya sido incapaz de poner la casa en orden, aplicando sanciones y exigiendo la restitución de lo robado como manda la moral”.

“Esto hace pensar que además de los ladrones directos, hay otras gentes seriamente comprometidas económica y políticamente que quieren que esos latrocinios se esclarezcan”, dijo López Rodríguez.

A juicio del arzobispo de Santo Domingo, en estos momentos hay una urgente realidad y es la inseguridad, mientras se anuncian planes de patrullaje que, según dijo, “se empiezan con timidez y hasta con miedo y a los pocos días la medida anunciada con bombos y platillos se esfuma”.

“Hay que decirle, repetirle, gritarle a las autoridades dominicanas que los delincuentes y narcotraficantes no son ni pueden ser los dueños de las calles y los barrios de la República Dominicana”, expresó López Rodríguez.

Dijo que es el primero en reconocer que detrás de esos problemas “hay otros factores, como la carencia de familias, educación, oportunidades de trabajo, eso es cierto, pero cuando llegamos a los niveles en que estamos, hay que actuar tratando de atender estas mismas realidades que son ciertas, pero diciéndole al bandolero, al criminal y al ratero que deben dar cuenta de sus hechos, a menos que haya también autoridades cómplices de esos mismos malandrines”.

“A este pueblo con capacidad heróica y espartana para aguantar calamidades y penurias, hay que devolverle, señores, la esperanza”, declaró.

Dijo que “por temperamento y convicción” no es un hombre de lamentos “ni de andar con pamplinas”, y que “los problemas hay que enfrentarlos con decisión y coraje”.

Expresó que al rendírsele el homenaje no podía limitarse a las formalidades de recibirlo y que si se le quiere reconocer los servicios que ha dado al país, cree que “el mejor servicio que hoy se le puede prestar a la República Dominicana es denunciar esta calamitosa situación que vivimos, y que siguiendo la línea de los partidos profetas, anunciar que debemos comprometernos todos con un futuro mas promisorio para nuestro país”.

“Hago profesión de fe en la República Dominicana, aunque algunos desinformados, irresponsables mal intencionados de Washington digan que somos un país fallido, quienes han fallado son ellos con sus falsas apreciaciones, y harían mejor en dedicar sus páginas a las vergonzosas y crueldades que ellos conocen que se ven a diario en el mundo y que ciertamente no tienen su origen en la República Dominicana”, dijo.

Opinó que los patricios Duarte, Sánchez y Mella legaron a los dominicanos “un proyecto que siempre está en vías de realización y en los albores del tercer milenio nos toca a nosotros el turno”.

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