POR GERMAN MARTE
El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez afirmó ayer que el ex capitán Quirino Ernesto Paulino Castillo, preso por narcotráfico, tenía vínculos con sectores de poder del gobierno pasado y negó que el caso se esté politizando. Afirmó que en el gobierno pasado no se hizo mucho esfuerzo por combatir los males que afectan al país y en cambio se permitió la proliferación de crímenes y actos delincuenciales.
«Se está demostrando que había sectores del poder vinculados con gente que estaba detrás de hechos delictivos», expresó el Cardenal, tras lo cual aclaró que se refería tanto al caso del acusado de narcotráfico y ex capitán del Ejército Quirino Ernesto Paulino Castillo, como a casos de corrupción que se dieron en el gobierno de Hipólito Mejía.
Empero, manifestó que de la presente gestión no le consta lo mismo y que hay que esperar que el presidente Leonel Fernández logre mantener las cosas bajo control.
Al pedírsele su opinión sobre la afirmación de algunos sectores que dicen que pretenden politizar el caso de Paulino Castillo, presunto cabecilla de una banda de narcotraficantes a la cual le fue decomisado un cargamento con 1,387 kilos de cocaína, el jefe de la Iglesia Católica en el país respondió: «No, no. Eso no es verdad, que se dejen de tonterías. Aquí ese señor ha estado muy vinculado al poder anteriormente instalado en el país. Nadie venga con esas pamplinas. Nadie les va a creer. No acepto esa afirmación».
En otro orden, el Cardenal destacó que las acciones del gobierno de Fernández estarán sujetas a lo que decida el Fondo Monetario Internacional, pues gran parte de los ingresos del país durante el 2005 estarán destinados al pago de la deuda externa.
«Gran parte de los recursos son para pagar deudas que tenemos pendientes, así que el gobierno tiene una serie de limitaciones que le va a imponer el Fondo Monetario para poder dar fondos frescos y que pueda llevar adelante sus compromisos. O sea, que el presupuesto no depende tanto de nosotros, sino de las condiciones que le pongan», expresó.
El prelado católico fue abordado tras encabezar una misa en la catedral con motivo del Año Nuevo y como parte de la Jornada Mundial de la Paz. Al oficio religioso asistió el vicepresidente Rafael Alburquerque, así como otros funcionarios civiles y militares y representantes diplomáticos y consulares.
En la homilía, López Rodríguez se refirió al mensaje del Papa Juan Pablo II en el cual el Sumo Pontífice llama a los hombres a vencer el mal con el bien.
López Rodríguez pidió a Dios que haga valer su poder sobre el país, las familias y de manera especial por los que sufren, «los tristes, los abandonados, los enfermos, los que carecen hasta de lo indispensable para llevar una existencia más o menos aceptable».
En el umbral del 2005, expresó, acogemos el mensaje que el Santo Padre Juan Pablo II envía «a los responsables de las naciones y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad», con el lema «No te dejes vencer por el mal, antes bien, vence al mal con el bien».
Citando al Sumo Pontífice, el Cardenal dijo que la paz es un bien que se promueve con el bien, un bien para las personas, las familias y para toda la humanidad. Pero advirtió que es un bien que debe ser custodiado y fomentado mediante iniciativas y obras buenas.
«El mal no es una fuerza anónima que actúa en el mundo por mecanismos deterministas e impersonales. El mal pasa por la libertad humana y tiene siempre un rostro y un nombre: el rostro y el nombre de los hombres y mujeres que libremente lo eligen», expresó el purpurado.
Sostuvo que al contemplar la situación del mundo no se puede ignorar la impresionante proliferación de múltiples manifestaciones sociales y políticas del mal, el desorden social, la anarquía, la guerra, la injusticia, la violencia y la eliminación del otro.
Tras señalar que la familia humana necesita urgentemente tener en cuenta el patrimonio común de valores morales recibidos como don de Dios, como dijo el Papa, López Rodríguez indicó que ante los dramas que afligen al mundo, «los cristianos confesamos con humilde confianza que sólo Dios da al hombre y a los pueblos la posibilidad de superar el mal para alcanzar el bien».
Significó que la paz tiene que comenzar en el corazón de cada uno, y señaló que «mientras no estemos en paz con Dios, con nuestra conciencia, con los de la casa y el resto de los familiares, con los vecinos, amigos y compañeros de trabajo, y con todos los que nos rodean, los brindis son puras fórmulas sin ninguna importancia».
No habrá paz sin fraternidad vivida, sin justicia, sin libertad y amor, sentenció el cardenal López Rodríguez.