Cardenales mantienen silencio

Cardenales mantienen silencio

CIUDAD DEL VATICANO (EFE).- La diócesis de Roma recordó ayer a Juan Pablo II con una misa solemne en la Basílica de San Pedro en la que el vicario Camillo Ruini pidió que no se hable tanto del sucesor.

La de ayer fue la tercera de las nueve misas (novenario) dedicadas a Papa Wojtyla, fallecido el pasado 2 de abril y enterrado seis días más tarde.

La misa fue organizada por los católicos de Roma, ya que el Papa era obispo de esta diócesis, aunque delegó en un vicario, que desde 1991 ha sido Ruini, quien compatibiliza esa responsabilidad con la de presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.

Ante los fieles que abarrotaban San Pedro, el cardenal Ruini dijo que «esperamos a nuestro obispo y Papa», pero pidió «no ser inútilmente curiosos de saber antes de tiempo quién será. Acogeremos con la oración y con el corazón a quien el Señor nos dé».

El vicario de Roma elogió la figura de Juan Pablo II, que ha sido «compañero de camino de los cristianos» y una figura de gran dimensión humana a pesar de «su extraordinaria cercanía a Dios».

«Para él la primera vía de la Iglesia era el hombre», dijo Camillo Ruini, quien agregó que el fallecido Pontífice defendió siempre que las parroquias «deben encontrarse fuera de sí mismas, allí donde vive la gente», para configurar «una Iglesia que no se repliegue, que no sea tímida ni desconfiada».

El cardenal italiano aseguró también que el masivo funeral del viernes, con presencia de numerosos líderes internacionales, «ha sido un símbolo elocuente no de un choque de civilizaciones sino de una familia de naciones». EFE

 

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