El país está muy mal en materia de infartos cardiovasculares, se trata de un problema de salud que requiere una red organizada para poder enfrentarlos.

Así lo aseguró el doctor Pedro Ureña, cardiólogo, director de Medicina Cardiovascular Asociada (MCA), quien insistió en la necesidad de que el Estado intervenga, dijo.

“El infarto es una entidad que requiere una atención temprana, rápida y efectiva y no tenemos una red apropiada para tratar estos pacientes”, lamentó Ureña.

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Seis horas doradas

El profesional de la salud cardiovascular dijo que la mayoría de los pacientes infartados llegan tarde, cuando ya existe un daño importante. “Nosotros tenemos lo que llamamos las seis horas doradas y en ese tiempo se proporciona un medicamento que destape la arteria o se lleva el paciente a cateterismo, ya habríamos avanzado”, aseguró Ureña.

Si esto se hace, el daño es mínimo, pero pocos centros a nivel nacional pueden hacer las intervenciones de lugar a tiempo, insistió. “Nosotros tenemos una tasa de infartos no intervenidos a tiempo muy importante y esto tiene secuelas en insuficiencia cardíacas y arritmias”, dijo el cardiólogo.

Aseguró que cantidad de hombres jóvenes tienen insuficiencia cardíaca, lo que pudo haberse evitado si se hubiese tratado a tiempo.

Luz y sombra

Indicó que existen centros en República Dominicana que tienen la capacidad de tratar rápido y en forma exitosa a esos pacientes, pero no existe una política nacional al respecto. Ha habido esfuerzos, como los del doctor Fulgencio Severino en el hospital Salvador B. Gautier con el tratamiento del trombolítico, pero no hay recursos.

Lo que más funciona es la trombólisis, enseñar a un emergenciólogo a identificar un infarto y poder aplicar el fármaco para evitar el colapso, es fundamental, dijo el profesional. Se requiere además de la red de centros, que el medicamento esté disponible a la hora que llegue un paciente infartado, alertó Ureña.

Emergencia nacional

Ureña asegura que el país requiere una red nacional alrededor del infarto, es necesario evitar más comorbilidades y muertes.

Se requiere capacitar a los médicos y tener la disponibilidad de los medicamentos. En ese orden, habló de experiencias de países de ingresos medio, como Costa Rica, Colombia y Chile. El infarto es la causa número uno de mortalidad y comorbilidad en la población adulta