Carencia de cinc y vitaminas afecta a un tercio de la población

Carencia de cinc y vitaminas afecta a un tercio de la población

Cientos de millones de personas en todo el mundo sufren problemas físicos e intelectuales por la deficiencia de vitaminas y minerales como el cinc en sus dietas, según dos informes dados a conocer por la Universidad de las Naciones Unidas (UNU).

En el caso del cinc, un 20% de la población mundial no incluye en su dieta diaria este mineral que, según el doctor mexicano Juan Rivera, es responsable del aumento de enfermedades gastrointestinales y respiratorias en la infancia de países en desarrollo.

“Una de las funciones del cinc es la replicación celular por lo que es esencial en las fases de crecimiento de la infancia así como en los sistemas que requieren un rápido recambio de células como el tracto respiratorio donde se renuevan cada tres días”, señaló Rivera a EFE.

“Los estudios demuestran, sin lugar a duda, que la falta de cinc provoca que los niños crezcan menos, tengan un desarrollo neuronal menor, sean más enfermizos y estén expuestos a un mayor riesgo de muerte”, añadió Rivera, que también es director de Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública de Cuernavaca (México).

Los países cuya población se encuentra en mayor riesgo de contar con una dieta deficiente en cinc son los del sur y sureste de Asia, el Africa subsahariana, América Central y Suramérica.

El informe, que se presenta ante el Comité de Nutrición de la ONU, afirma que la magnitud y problemas asociados de la deficiencia de cinc “no han sido entendidos en toda su magnitud en el pasado”, y señala formas de enfrentarse a la carencia de este mineral en los países en desarrollo.

Rivera identifica varias causas por las que no se cuenta con suficiente cinc en el organismo.

“En primer lugar su baja ingestión porque los alimentos fuertes, que son carnes rojas y mariscos, especialmente conchas, no son accesibles para la población con menores ingresos económicos. Y aunque cereales y leguminosas cuentan con cinc, también contienen un ácido que inhibe su absorción por parte del organismo”.

Rivera señala que es el caso de las poblaciones de Mesoamérica, donde se consumen grandes cantidades de maíz y habichuelas pero muy pocos derivados animales, por lo que la población sufre una carencia de cinc.

“Además durante infecciones, como diarreas, el cinc no es absorbido por el cuerpo y se sufren pérdidas constantes del mineral”, añade.

Los datos señalan que las tasas de mortalidad infantil se reducen un 50% o más cuando se proporciona cinc a los niños en situaciones de alto riesgo.

Para solucionar estos problemas, el estudio de la UNU propone incorporar el cinc en alimentos, de la misma forma que en los países en desarrollo los productos alimentarios están fortificados con minerales como el hierro y vitaminas.

“Es muy barato hacerlo así y a través de la fortificación se puede llegar a la infancia, la tercera edad y las mujeres embarazadas que son los grupos de mayor riesgo”, explica Rivera. EFE

[b]Soluciones[/b]

El doctor Venkatesh Mannar, presidente de la Iniciativa Micronutriente de la ONU, considera que la fortificación de alimentos es también la solución al problema de la deficiencia de vitaminas y minerales que afecta a un tercio de la población mundial. “Las peores deficiencias son la carencia de hierro y vitamina A. El primero causa anemia, partos difíciles en las mujeres embarazadas y en la infancia discapacidades de aprendizaje, mientras que la segunda es responsable de ceguera infantil y aumento en la gravedad de las diarreas”.

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