Cargan agua de mayor a menor

Cargan agua de mayor a menor

POR LLENNIS JIMÉNEZ GARCÍA
Conseguir agua potable es todo un vía crucis en el inseguro y olvidado sector El Caliche, de  esta capital, donde hasta los niños son enviados a buscar agua en cuanto aprenden a caminar.

El servicio de agua siempre fue escaso, indican los residentes, pero en los últimos meses, se tornó caótico. No reciben agua sin energía y esta tarda más en llegar que en irse. Desde hace siete días estaban secos, de acuerdo a amas de casas que conversaron que redactores de HOY.

 La carencia de  agua crea desasosiego en este callejón, tan inseguro para sus habitantes como para sus visitantes, por existencia de jóvenes que a falta de estudios, se hicieron maestros de la astucia y los vicios.

 En medio de ese arriesgado ambiente, los niños de la pequeña barriada que pertenece al sector Mejoramiento Social, son mandados a buscar agua a la calle Albert Thomas esquina Samaná.

Los menores de edad llenan galones de agua que cargan a sus madres en la parte baja del peatón Kennedy, como denominan el callejón principal esquina Samana.

   El principal peligro no es agresivo  tránsito, sino la cisterna de 5,000 galones de agua, con profundidad de ocho pies, en la que acuden a abastecerse y en la que temen que caigan uno de ellos el presidente de la Junta de Vecinos, Máximo Polanco Valdez.

Pero la inseguridad aún es  mayor, pues los niños, unas veces calzados y otras descalzos, llenan sus vasijas pisando un suelo húmedo, repletos de mangueras, de bombas “ladronas” y de cables de la energía eléctrica, con 110 voltios. Todo esto es el aparataje que esta desdichada gente tiene que hacer para conseguir agua potable en la referida zona del Distrito Nacional.

Polanco Valdez se ha ganado la antipatía de sus vecinos, que lo culpan por la precariedad del servicios, a todo esto, él responde suplicándoles  paciencia, con la esperanza de que algún día la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) les instale las redes y los supla con la presión que amerita lo alto del  área.

El dirigente comunitario dijo que gracias a la cisterna construida en el 2001, casi frente al destacamento del Mejoramiento Social, los residentes de El Caliche tienen vida. Es el guardián de la llave de la cisterna. Su labor consiste en abrirla de  6:00 de la maña a 2:00 de la tarde para que la gente se abastezca. Quienes trabajan se suplen en horas de la tarde.

Martha García no tuvo tiempo ni para desayunarse ayer, en la mañana, cuando se afán inmediato era lavar todo lo que pudiera antes de que el agua y la luz se fueran. Tenían agua tres veces a la semana, por poca que fuera, usando las bombas. Sin embargo, ahora no tienen calendario del servicio fijo.

Las familias de El Caliche también están expuestas a un grave problema sanitario, por un séptico que se desborda en el  callejón formado entre los peatones  53 y Tony.

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