NUEVA YORK. AP.  Amigos y aliados políticos del vapuleado demócrata Charles Rangel están notoriamente callados tras el anuncio que el legislador, quien lleva 40 años en la Cámara de Representantes, podría enfrentar cargos de peso por parte de un panel del cuerpo legislativo sobre comportamiento ético.

Rangel, de 80 años, dijo a reporteros el viernes que está esperando con ansias la audiencia pública sobre los cargos a realizarse la semana que viene y que está decidido a limpiar su nombre. Sin embargo, los demócratas, quienes ya están bajo la presión de las elecciones de noviembre, tenían poco que decir sobre la situación de Rangel.

El panorama es particularmente complicado para los demócratas de Nueva York, quienes conocen muy bien a Rangel y se han beneficiado por años de sus campañas por el estado y contribuciones electorales. El representante demócrata es el decano de la delegación de Nueva York en el congreso.

Criticar a Rangel podría dar la impresión de ser una simple jugarreta política de estos demócratas, que además correrían el riesgo de alienar a la Junta de Afroestadounidenses en el Congreso e influyentes activistas afroestadounidenses en Nueva York.

Entre otros casos, Rangel está acusado de no haber reportado ingresos imponibles recibidos de una villa que posee en la República Dominicana.