Caribe en crisis; Jamaica está al borde del precipicio económico

Caribe en crisis; Jamaica está al borde del precipicio económico

Kingston. Hace tres años, Dwight Lindsay salió de la Penitenciaría General de Kingston después de cumplir una década en el bloque de hormigón en la capital de Jamaica por apuñalar a un hombre a muerte.

Deseoso de no meterse en problemas, Lindsay dice que es un hombre cambiado, pero también lo son las fortunas del país.

Una economía tórpida por mucho tiempo terminó cayendo en picada mientras estuvo en la cárcel y el desempleo se tornó incontrolable. Así que Lindsay, un hombre delgado de 39 años con cicatrices de peleas en prisión, tiene que “apurarse” por ganarse la vida.

Eso significa lavar los carros estacionados a lo largo del paseo marítimo con palmeras de Kingston y esperando que los propietarios vuelvan para entregarle algunos dólares jamaiquinos.

Sin embargo, la recesión está apretando a todo el mundo y la gente se ha vuelto notablemente menos generosa. Lindsay lucha por llegar a fin de mes y duerme a la intemperie en el paseo marítimo. Hay una gran tentación de volver a la delincuencia. «A veces quiero robar algo», él admite. «El corazón y la mente se pelean».

En una isla famosa por la música reggae y la destreza atlética, pero también conocida por su alto índice de criminalidad, las batallas cotidianas de Lindsay dicen mucho acerca de los problemas económicos y sociales de Jamaica. Muchos estados del Caribe que antes estaban boyantes están ahora luchando, pero la crisis de Jamaica es la más profunda.

Al igual que el prolongado estancamiento económico, existe ahora la austeridad mandada por un rescate del Fondo Monetario Internacional que se firmó este año. A pesar de los $2 millardos de rescate, Jamaica se tambalea al borde del colapso financiero. Después de dos reestructuraciones en tres años, las deudas del gobierno todavía ascienden a un 143% de la producción anual.

Incluso una tormenta tropical podría causar suficiente daño como para sacar el estricto programa de rescate de su curso, admite Peter Phillips, ministro de Finanzas. «Estamos extremadamente vulnerables a los golpes no previstos».

Jamaica es uno de los varios países del Caribe que están abogando por un amplio alivio de la deuda internacional y por un programa de inversión, en un momento en que los políticos están cada vez más preocupados por el impacto social de la crisis económica y la austeridad del gobierno.

La mayor parte de la docena de países de habla inglesa del archipiélago tropical están luchando con grandes deudas gubernamentales y economías apagadas después del turismo herido por la crisis financiera mundial, la industria dominante en el Caribe.

Jamaica ya ha fracasado bajo varios programas del FMI. Entre las organizaciones internacionales que financiaron el reciente rescate, el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, hay algo de escepticismo privado de que Jamaica tendrá éxito esta vez.

Para asegurar el cumplimiento, el FMI ha exigido que la mayoría de las medidas de austeridad necesarias y las reformas económicas se implementen casi de inmediato, aún así, Moody, la agencia de calificación, este año dijo que había una «alta probabilidad» de que Jamaica se verá obligada a pagar sus deudas de nuevo.

Alrededor de Jamaica hay un reconocimiento de lo más profundo de los problemas, y la aceptación a regañadientes de que los próximos años serán difíciles. También hay una amargura generalizada hacia la élite política del país por su manejo de la crisis.

Esa amargura también es brutalmente cruda en el barrio Tivoli Gardens, una mezcolanza de criminalidad en decadentes bloques de hormigón de viviendas y chozas de madera en el oeste de Kingston. El barrio fue siempre gobernado por Christopher «Dudus» Coke, un capo de la droga con estrechos vínculos políticos. Después de una intensa presión de parte de EEUU, el gobierno de Jamaica arrestó y extraditó al señor Coke en el 2010. Sin embargo, la represión necesitada para limpiar al capo de Tivoli, junto con la resultante inseguridad del vacío de poder, han alimentado el resentimiento.

El número de asesinatos ha bajado tras el arresto de Dudus y el operativo de seguridad que siguió en todo el país. Sin embargo, la tasa de homicidios sigue siendo de las más altas del mundo, y hay señales de que las pandillas se han reagrupado.

Uno de los retos ha sido una fuerza de policía que se dice que está plagada de corrupción y que es propensa a ejecuciones extrajudiciales. Owen Ellington ha despedido a 400 funcionarios de la Policía. Pero admite que el soborno sigue siendo un problema. «El trabajo no está completo, e incluso después de que haya dejado el trabajo es probable que aún haya más por hacer.

Abordar el problema de seguridad en Jamaica sería más fácil si el crecimiento económico volviera y creara puestos de trabajo. Sin embargo, el panorama sigue siendo turbio. El FMI prevé que el PIB crecerá sólo un 0.4% este año y un 1.3% en el 2014. Incluso estas prudentes predicciones son vulnerables, dado los efectos de la incertidumbre económica de la austeridad del gobierno.

El banco central está dejando que el dólar de Jamaica se deprecie lentamente. Brian Wynter, el gobernador, espera que esto motive las exportaciones y haga más competitivos los centros turísticos. Sin embargo, en el corto plazo se está fomentando la inflación, apretando adicionalmente a los jamaiquinos ordinarios y alimentando la ira contra el gobierno. Algunos funcionarios temen que la paciencia de la población con la austeridad se esté agotando.

Phillips compara su situación con la que se encontró Cristóbal Colón cuando descubrió América. Sus marineros estaban petrificados porque se inclinarían al borde del mundo en cualquier momento, hasta que divisaron un pájaro con una hoja en su pico, una señal de que la tierra seca estaba cerca. «El crecimiento es mi pájaro con una hoja», dice.

En Kingston, Lindsay también trata de mantener el optimismo. A diferencia de muchas de las personas que conoció en la cárcel, sabe leer y escribir y está solicitando un trabajo como portero de un hospital.

Mientras tanto, seguirá tratando de ganarse la vida honradamente, pero como él dice en su pesado, pero lírico acento jamaiquino: «Es duro duro duro, difícil, difícil, difícil.

Financial Times pasó dos semanas reportando desde el Caribe. El viaje fue financiado en parte por el Centro Pulitzer sobre Reporte de Crisis, para explorar el efecto de la crisis económica de la región.

Los grupos de presión investigan su propia versión del esquema de naciones endeudadas. Desde el 2010, Saint Kitts y Nevis, Grenada, Belice, Antigua y Barbuda y Jamaica, dos veces han tenido que reestructurar sus deudas y entrar en los programas del Fondo Monetario Internacional, según escribe Robin Wigglesworth.

Las deudas gubernamentales del Caribe en su conjunto ascendieron a aproximadamente el 70% del PIB de la región el año pasado, o $47 millardos según el FMI.

Los países del Caribe están legislando por el alivio de la deuda principalmente a través de los auspicios de la Commonwealth, un club de ex colonias de Reino Unido que cuenta con 12 miembros de las costas y de las islas del Caribe. Ellos esperan conseguir algo parecido al programa de países pobres altamente endeudados del FMI y el Banco Mundial, pero para mini-estados, por lo general con una población de 1.5 millones o menos, en comparación con los empobrecidos. El HIPC, establecido en 1996, ha proporcionado US$75 millardos de alivio de deuda y préstamos en condiciones favorables a 36 países pobres, sobre todo de África, a cambio de reformas económicas y políticas.

Pero el HIPC sólo está disponible para los países de bajos ingresos, mientras que la mayor parte del Caribe se clasifica como de ingreso medio o superior. Pero los políticos han estado presionando su caso ante el FMI y el Banco Mundial. Los países del Caribe se enfrentan a una batalla cuesta arriba. Si bien el FMI y el Banco Mundial reconocen su vulnerabilidad a los desastres naturales y las crisis económicas, los funcionarios predicen que habrá poco apetito para el alivio de la deuda para los países que están lejos de ser pobres.

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