La Real Academia de la Lengua Española define la palabra diversión como recreo, esparcimiento, pasatiempo, solaz; “es alguna afición que le distrae de sus ocupaciones diarias”.

Es un significado sin desperdicio; pero divertirse también es un arte, si es a lo dominicano,  tomando  en cuenta que hay personas que se las ingenian más de lo probable y permitido para disipar la mente y meterse en fiesta.

Estaba convencido que el pasado viernes iba a ser distinto. Pensé que los anuncios que daban cuenta de las amenazas del huracán Ike, detendría a muchas personas, que estarían ocupadas con asuntos de prevención. ¡No estás en lo cierto mi querido Watson!  Para mi sorpresa, esa noche parecía un 15 de diciembre cualquiera, donde todos estaban “doblados” y con ganas de bailar y beber.

Ese detalle lo observé en los puntos de ocio más frecuentados de Santo Domingo: Bares, restaurantes y estaciones de gasolinas (repletas de automóviles con su “musicón”). En  algunos barrios, “la chercha” era una sola, repartida entre dominó, grupos en la acera (rodeando botellas de cervezas vacías) y bachata bailada en  la calle. no parecía un 15 de diciembre; más bien pintaba “noche buena”. Cada día me sorprendo más de la capacidad que tiene este pueblo para divertirse, es como una necesidad. Esa debe ser la coraza que le lleva a soportar las patadas y trompones que históricamente ha recibido. “Hay que gozar y beber, por si el ciclón nos lleva”, me comentó una señora… jejeje.