D esde hace día vengo frotándome las manos, en espera de la presentación que tendrá el Carlos Santana en el país. ¿Altos de Chavón?, creo que eso escuché entre mis amigos. Es un banquete que nos trae el 2009, la segunda vez que el guitarrista y su banda vienen al país, y un placer para mí conocer esta noticia. Santana es leyenda viva del rock. A finales de los 60, tomó prestado el Oye como va de Tito Puente y con este le dijo a los de Woodstock y al mundo, que el rock tiene vena caribeña y de jazz. En esta semana he estado escuchando su álbum Supernatural, su álbum número 28, el cual lo colocó en otro capitulo de la historia de la música con sus 14 millones 600 mil copias vendidas desde 1999 a la fecha, sus primeras posiciones en las listas de éxitos de 23 países, con sus 8 premios Grammy y, sobretodo, con la diversidad que aborda fusiones con estilos que van desde el hip-hop, hasta el cha cha chá. Supernatural ocupa la posición número 7 de los 100 discos más vendidos de los 90, en Estados Unidos y Reino Unido, según el reporte conjunto que realizó la Asociación Americana de la Industria Discográfica (AAID) y la Industria Fonográfica Británica. Gracias a esta producción, Santana aparece en la lista de los 20 artistas más importantes de ese decenio, ocupando la posición 4. Es un buen preámbulo, el que engorda mi entusiasmo mientras espero a marzo, fecha de la comentada presentación.