POR REYES GUZMÁN
El público acudió a la cita, gozó el show de Carlos Alfredo Fatule, disfrutó de la calidad y veteranía de Lucecita Benítez y vivió momentos de pasión con las canciones de Danny Rivera, la noche del sábado en el salón La Fiesta del hotel Jaragua.
La invitación la hizo la Fundación Fenton para recaudar fondos y seguir su plan de trabajo a favor de miles de necesitados y terminar una escuela en Villa Altagracia.
El primero en actuar fue Fatule, quien se ganó los aplausos del público por no sólo cantar, sino por imitar e imprimir humor. Ofreció Te prometo, Lo que me gusta de ti, Ay amor ya no me quieras tanto, Al lado, Me marcaste y Merengue con ópera. Tres músicos, con Miguel Leclerc al piano, le acompañaron con calidad para salir triunfante.
Carlos causó risa relacionando los estilos de la gente enamorarse antes y cómo lo actual gira con su música. Puso de ejemplo La gasolina, de Daddy Yankee. Imitó a Basilio, Raphael, Alberto Cortez y a Leonardo Favio.
A las 11:05 el artista anfitrión presentó a Lucecita Benítez, una mujer que con su voz, feeling y dominio del escenario, demostró que la experiencia de los años y la disciplina son las mejores virtudes para siempre merecer respeto y aplausos. Una orquesta compuesta por dominicanos, con Jorge Taveras al piano, acompañó a la artista puertorriqueña. Vino con su director musical.
Amor perdido, Salomé, De mujer a mujer, Lágrimas negras y De dónde son los cantantes, entre otros, crearon en los presentes un contacto con el romanticismo y lo rítmico. Lucecita sigue con su luz y fuerza interpretativa. Con pelo corto y elegancia al vestir, luce preciosa. Cerró el concierto con un tema dedicado a Puerto Rico y la gente le pedía más. Cincuenta minutos fueron suficientes para ver de cerca y escuchar a una estrella.
A Danny Rivera le tocó a las 12:00, cuando sentado en una mecedora entregó su primera canción, Viejo, mi querido viejo. Dedicó el concierto a los padres y recordó los consejos y orientaciones que recibía.
Mi padre era pintor de edificios y me dijo que lo importante no es vivir, sino saber vivir. Respeta a la mujer, ama a tu patria y a ti mismo, con estas palabras el cantautor nos hizo conocer las bondades y buenos ejemplos del padre.
Amar o morir no podía quedarse fuera del repertorio. Invitó a Lucecita a cantar Madrigal y los aplausos aumentaron.
Danny dramatiza cuando le canta a la mujer y causa risa al recrear en el escenario que está con una en un momento romántico. Con su compadre, el autor Cheo Zorilla, cantó Al nacer cada enero. De Leonor Porchela de Brea interpretó Cada vez otra vez.
Mi hijo, Dos amantes y Amada amante, acercaron más a las parejas. A la 1:15 de la mañana Rivera apagó la luz, pero antes cantó Mi árbol y yo.
LÁGRIMAS DE SANGRE
La pobreza de los pueblos, las enfermedades de los niños, el descuido de los gobiernos y el hambre que estrangula la expansión del estómago, encuentran en Arelys y Frederick Fenton, de la Fundación Fenton, un aporte de valores únicos para mejorar y crecer. Danny Rivera se une a ellos, para con su voz y actitudes aumentar la esperanza.
Una niña con grito de vivir, escapándose a la muerte, fue la protagonista de la noche. Vestida de blanco, sin ocultar la desnutrición y sacando de su corazón la fuerza suficiente para decirle a todos que Dios la protege, cantó Besos robados. Las lágrimas de muchos mojaron los sentimientos y nos enseñó que debemos cuidar y alimentar a los infantes. Esa niña es el espejo de miles en República Dominicana y de muchas partes del mundo.
CHISPITAS
– El ingeniero de sonido le amargó la noche a Lucecita Benínez, quien desesperada dijo que lo iba a matar. Ni así resolvió el problema del pito. Danny también sufrió los errores del sonidista.
– Las letras de las parodias que hizo Carlos Alfredo causaron risa, igual las imitaciones.
– Un señor, de esos que asisten a los conciertos para demostrar que lo saben todo, se pasó la noche anunciando lo que supuestamente iba a suceder en el escenario. Se equivocó toda la noche.
– Unas señoras, de esas que no se les salva nadie, criticaban todo. Tienen el concepto que los que van a balcón no son atendidos por los mozos y que la prensa no paga.
– Buen acompañamiento musical de la orquesta dirigida por Jorge Taveras.
– Lucecita dijo que no le gustaba hablar mucho al inicio, porque se pone nerviosa. Después coge confianza. Al beber agua, especificó lo que era, para evitar equivocaciones.
– Muchos puertorriqueños gozaron el concierto. Danny dedicó su actuación a su padre, quien quería celebrar sus 100 años en República Dominicana. Murió a los 98.