Como persona que siempre ha estado relacionado con el sector salud, ahora en tiempo de campaña electoral le doy seguimiento a las diferentes propuestas que los que aspiran a dirigir la nación hacen como oferta para convertir el sistema de salud en uno que esté en condiciones de dar respuestas a las necesidades de la población en esta materia. Que lo haga más humano, eficiente e inclusivo. Que tenga cobertura universal, que contribuya a disminuir la pobreza reduciendo el gasto de bolsillo, así como a que la gente preserve su salud para desplegar todas sus potencialidades siendo entes productivos a su comunidad.
La verdad que hasta ahora escasean esas propuestas, lo que vemos y oímos son especie de diatribas, descalificaciones, pronunciamientos que se debaten entre lo negativo o sucio respecto a los otros, en fin, algo a lo que estamos acostumbrados.
Por esto quiero resaltar el contenido de los discursos del Lcdo. Carlos Amarante Baret, que es el único al cual he oído referirse al sistema de salud de manera habitual, con un contenido digno de prestarle atención: reconoce la necesidad de incrementar sustancialmente el presupuesto de salud de manera progresiva hasta llevarlo al 5 % del PIB; definir las prioridades dentro del sector para hacer dicha inversión; implementar y desarrollar el modelo de atención basado en la estrategia de atención primaria y las redes integradas de servicios de salud. Fortalecer el Ministerio de Salud en su competencia de ente rector en el ámbito de la regulación, control, y la calidad en lo que es la producción social de la salud.
Viene hablando de poner atención a todo lo que es promoción de la salud, la prevención de las enfermedades, acentuando la vigilancia epidemiológica y el manejo de riegos.
Algo que es muy importante es pasar del discurso a los hechos en torno al desarrollo de un primer nivel de atención potente, de calidad, con capacidad resolutiva, para lo cual promete hacer cambios estructurales importantes en el sector salud.
En los centros hospitalarios su prioridad es la calidad de la atención, el suministro de medicamentos e insumos de manera oportuna y eficiente, recursos humanos competentes, comprometidos, con salarios adecuados, y políticas definidas de reclutamiento de ese talento, donde prime la meritocracia. Con la tecnología apropiada por nivel de atención. Además, un sistema de atención preventiva y correctiva de tecnología, que preserve esa gran inversión, como también a las infraestructuras.
Ha hablado de revisión y reforma de la ley de seguridad social, para que se adapte a los verdaderos requerimientos de la gente, que se alcance la cobertura universal, con un plan básico de salud con cartera de servicios integrales, que ahorren recursos de la población. Incrementar la inversión en los pacientes afiliados en el régimen subsidiado. Consciente de que el sector no puede seguir viéndose como un negocio cualquiera. En ese sentido revisar todo lo de las ARS y AFP.
Propiciaría las políticas de convenios público-privado, para no duplicar inversión y facilitar el acceso a servicios de calidad.
Hemos oído de su boca el desarrollar redes de ambulancias hospitalarias, como complemento de las del 911, que se ocupen del traslado interhospitalario en condiciones seguras de los pacientes en estado crítico.
Por otro lado, todo lo referente a tema sangre, y asegurar un abasto seguro y oportuno, tomando como eje el Hemocentro y los de acopio regionales. Incentivar la donación voluntaria de sangre.
Algo que me llamó la atención es el promover una legislación de medicamentos esenciales genéricos buscando la economía, pero a la vez asegurando la calidad de los mismos.
Es mucho más lo que ha dicho, pero por razones de espacio lo dejamos aquí.
Si hemos querido resaltar que este precandidato, tiene en sus prioridades el sector salud, al parecer con una clara visión de sus problemas y propuestas que se aproximan a las deseadas y necesarias.
Esperaremos por los otros, pero ha picado delante en lo referente al sector salud.