Carlos Despradel, el joyero de la cerámica

Carlos Despradel,  el joyero de la cerámica

Creatividad en arte. Para el cuerpo, el agrado
y una contemplación permanente

Nos consta que Carlos Despradel es un ceramista a tiempo completo, que concibe y ejecuta piezas de los más diversos tamaños, se encierra durante meses en el taller, de repente reaparece, sale de su “clausura” con una noticia y proyecto importante, o con una colección especial de obras y alguna noticia sorprendente. Aunque arquitecto de formación y postgrado, su pasión es la cerámica, el “arte de la tierra”… Por cierto, numerosos son los arquitectos que se desvían de su ruta inicial y se dedican a “otras” artes visuales. ¿Pero no han dicho que la arquitectura es la madre de todas las artes?
Carlos Despradel, practicando y enriqueciendo las enseñanzas recibidas, crea y recrea permanentemente su propio arte cerámico. No solamente domina materiales y procesamientos, pastas y texturas, formas y colores, sino se “autoexige” expresiones muy personales y renovadas siempre.
Una creatividad ampliada. En nuestro país se han multiplicado los artesanos –un buen artesano es un creador–, y uno de sus oficios es la confección de adornos, de exposición informal y anónima, que lucen las mujeres… y también los hombres cada vez más.
Sin embargo, los maestros y los artistas plásticos dominicanos raramente diseñan joyas. Cabe señalar que la joya de artista es una categoría especial, distinta a la alta orfebrería, pero a no confundir con la fantasía.
Con cierta frecuencia, los artistas internacionales situados en el tope de la fama y el mercado internacional, pintores y/o escultores, comparten su lenguaje plástico con obras en miniaturas para llevar en el cuerpo. A menudo son piezas únicas, destinadas a una persona próxima y querida, pero los hay también que diseñan, especie de “divertimento serio”, una verdadera colección, en fin, otro campo de expresión creadora.
Es lo que sucede en la producción artística de Carlos Despradel, susceptible de diseñar, modelar, construir obras monumentales, pero igualmente de crear “joyas cerámicas”, sin que haya una jerarquía cualitativa… sino otro destino y escala.
Después de un largo compás de espera para sus coleccionistas, el artista ha vuelto a una serie de joyas, collares y colgantes.
Son necesariamente refinados y sofisticados, frutos de variaciones formales y cromáticas de autoría inmediatamente revelada, con una terminación perfecta. Ahora bien, son frágiles y requieren cuidado de quienes los llevan…
Joyas cerámicas de hoy. Los modelos, atractivos todos, son de cerámica solamente, o combinados con ámbar, larimar o metal. El diseño puede conservar una cierta tradición discreta, o una audacia –en forma y tamaño–, cada vez mayor, que Carlos Despradel recomienda a una clientela deseosa de demostrar que el coleccionismo llega, en sus joyas, hasta el arte contemporáneo.
Los diseños no se repiten, siendo la exclusividad uno de los privilegios, aunque en cada temporada creativa, una tendencia formal –curva o ángulos, acentuación de texturas, intervención de alusiones florales– predomina. Así mismo, la paleta, rica en tonos, armonías y contrastes, prefiere un colorido, evocador de la luz, y matices portadores de ritmos.
No es la primera vez que aspiramos a una nueva y compleja exposición de Carlos Despradel, que incluiría sus joyas cerámicas. ¡Él no rechaza esta eventualidad, todo lo contrario, pero no le ha puesto lugar ni fecha todavía!

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