Por GUSTAVO RODRIGUEZ
Cuando un equipo tiene un diamante sin pulir, pero que los joyeros saben la calidad del metal, se presenta la disyuntiva, no lo quieren dejar y los otros los quieren.
El caso se presenta con Carlos Gómez un joven prometedor en convertirse en una super estrella en las grandes ligas, pues cuenta con la bendición de Dios de tener todas las herramientas, para no fallar en el béisbol.
Pausado, discreto, con un dominio personal sobre lo que dice y hace, Gómez tiene en su mente desarrollarse y llegar a ser un jugador de peso y valor en las grandes ligas.
A pesar de su corta edad, ha logrado realizar el sueño de su padre, quien lleva su mismo nombre Carlos Gómez, de llegar a las mayores, lo que su progenitor no pudo, por circunstancia de la vida, a pesar de se un gran atleta.
Gómez, nativo de Santiago, milita con los Leones del Escogido, fue seleccionado en la primera ronda en el draft, a pesar de tener conocimiento sobre sus condiciones, es humilde y dice cada día tengo que aprender más en el terreno de juego.
Tiene una meta en el béisbol dominicano y en las grandes ligas, superarse juego a juego, hasta conseguir el dominio de sus habilidades y convertirse en una estrella de las grandes ligas. El joven jugador nacido en Santiago, es un diamante sin pulir, que es apetecible por todos los equipos de las grandes ligas, por las condiciones que ha mostrado en su corta carrera. Los Metes de Nueva York, equipo que milita en las grandes ligas, también conocen de sus cualidades y lo quieren tener en un lip up, pues es un jugador que imprime confianza.
En la vida siempre, surge el pero, el combinado de la Liga Nacional, está en el medio de la calle en busca de lanzadores abridores de calidad, pero cuando el dominicano Omar Minaya, gerente de los Mets, conversar con algunos ejecutivos de las grandes ligas lo primero que quieren es el diamante que lleva el nombre de Carlos Gómez.
Sobre el particular redactores de HOY, conversaron con Carlos, en el dogaut de los Leones y dijo no tengo temor que me cambien, pues los ejecutivos de los equipos saben lo que más le conviene, lo único que tengo que hacer es las cosas bien, en el lugar que me envíen. Minaya, ha señalado que está en las calles en busca de un lanzador abridor, que le pueda darle la ayuda que necesita el equipo, para ganar una Serie Mundial.
Los Mets tienen en su roster, a dos jóvenes que son apetecible para los demás combinado se tratán de Gómez y Fernando Martínez.
Gómez, nacido en Santiago, el 4 de diciembre de 1985, en el barrio Cristo Rey, luego se crió en Buenos Aires, hijo de una familia formada por sus padres y dos hermanos más, donde él es el mayor, le sigue un varón y la tercera es una hembra, para darle más alegría al hogar con el toque femenino.
Comenzó a practicar béisbol a los 6 años, ya que su padre Carlos Gómez, era un gran jugador de béisbol amateur, hoy juega softbol.
Jugó para la Liga Cornelio Peña, donde demostró a corto tiempo, que iba a triunfar en el béisbol, su calidad corrió como la polvora donde los diferentes escuchas de grandes ligas se trasladaron a Santiago, para ver ese diamante sin pulir en el béisbol. Luego de estar en una vitrina de Lalique y Bacarat, el exitoso escucha Eddy Toledo, de los Metes de Nueva York, pudo convencer a los padres de Carlos.
Pasó poco tiempo desde su firma, para llegar a las grandes ligas, pues a los cuatro años, ya tenía la visa de las mayores, donde fue incluido en el roster de los 40.
Con voz de alegría y juvenil, dijo cuando estaba en las menores que me llamaron para las grandes ligas , pensé en mi papá, que tenía el sueño de llegar a las mayores, pero le dí gracias a Dios, pues pude cristalizar el sueño y el deseo de él de jugar en las mayores, así como pensé en toda mi familia. Manifestó que para él estar en las mayores es un gran reto, pues ahora tiene que demostrarse él mismo y al combinado, que puede estar en el mejor béisbol del mundo.
Además de jugar béisbol, en su etapa juvenil Carlos, prtacticó atletismo, baloncesto y judo, en su barriada en Santiago, junto a sus amigos.