Carlos Montesino persiguiendo las luces y las sombras del Trópico

Carlos Montesino  persiguiendo las  luces y las sombras del Trópico

En reciente visita que hice al taller del artista plástico Carlos Montesino, hemos encontrado un ambiente existencial entre “viento y calor” , “luz y sombra”, que nos confirman lo que siempre nos ha impresionado en su obra: un ambiente natural, una atmósfera intimista y secreta, en ventana abierta a medio postigo…
Pero, a medida que vamos observando sus obras recientes, una puesta en escena interviene la composición que se matiza entre símbolos y códigos naturalistas y realistas.
El verde evocador de su espacio llega con el movimiento de los vientos en las palmas y se estremece como entrega a la vida en el ocre de la rama seca. Esto, se observa en la obra… Además de vislumbrante realidad donde las dos palmas yacen en altura en movimiento contrario. En el mismo centro del cuadro, este artista se inspira de un racimo seco de plátanos arrastrados por el peso de los años. La masa vegetal seca presenta un juego de tonalidades del blanco al negro, con un matiz del gris, colores que pertenecen al medio orgánico de los platanales.
En este sentido, el pintor arma sus paleta con las sustancias evocativas del carbón y de las cenizas que se tiran al pie de las cepas del plátano o del guineo, para evadir las plagas bactericas.
Si en lo alto tenemos un verde intenso, en las entrañas vegetales de los campos de bananos encontramos toda una sinfonía de colores pertenecientes a las etapas del crecimiento físico, espiritual y botánico.
En sus obras recientes el pintor maneja la representación con el soporte de la fotografía como instrumento de mayor acercamiento a la realidad. El panal en su puntillismo múltiple de fuentes de vida atrae las abejas portadoras de miel y dulzura. La obra se divide en tres espacios que dan una impresión visual de instalación en tres etapas de referente povera.
El cartón y el zinc funcionan como si la composición de Montesino fuese la descomposición de la colmena.
En la obra ubicamos una alegoría del azar visual que el artista retrata inmediatamente, para intervenirlo y convertirlo en un encuentro de diálogo visual y antropológico.
La escenificación se hace cada vez más intensa, jugando con la imagen real de una planta de “ginger”, por ejemplo, y sobrepuesto con la raíz arrancada al diálogo del rojo de la flor y el rojo de la pintura provocando un intensidad de la mirada a lo Cézanne, para quien todos los colores se visten de tonos diferenciales según la hora, el movimiento y el sentimiento…
Estamos permanentemente frente a un diálogo del color y esto sucede con toda la paleta siendo siempre el verde y el ocre los más destacados, o el significado más hondo de la evolución del tiempo en el área vegetal.
En la actualidad, Montesino, deja caer el tiempo sobre la materia, creando una trascendencia entre la fronda y el piso.
Por eso sus ramas de palma esparcidas en la arena o a orillas del mar crean en el mismo objeto una evolución de estado vital, cuya metáfora se abraza a la madurez de la vida.
Entendemos en el conjunto de estos trabajos que las cerámicas llanas con fondos verdes y azules se imponen en su conjunto expositivo como la materialidad cocida , es decir fijada en el tiempo como huella profunda de un mundo existencial pero también como condensación de toda la obra de un artista que trabaja con mucha limpieza y eficiencia con la fuerza de la luz y sus transparencias.
Montesino se caracteriza con garbo y duende en el conocimiento de todas las evoluciones de las luces y sombras que intervienen la realidad visual del trópico, espacio existencial de vida donde no importa tener o no estaciones porque en una hora y a veces menos pasamos del verano al otoño , de la primavera al invierno, gracias a la genialidad del desorden atmosférico que nos acecha, y es con estos cambios imprevisibles , y este desorden terrenal, en el que este artista capta con color, agua y esponja todas las sutilezas cromáticas entre luces y sombras, luciéndolas hoy con el duende de la fotografía, quizás para captar o cazar esos momentos irrepetibles de proyección del sol sobre la tierra.
La obra de Montesino, es, en cierto modo una armonía tropical de la luz. Y, un investigador de todo lo que marcan las transparencias del trópico en su vegetación expandida, lo que observarán en la Colectiva “Extrasensorial” que se expondrá a partir del 15 de diciembre en curso, en la Galería de Arte de Altos de Chavón, de La Romana.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas