Arriesgó su fortuna “cuando muy pocos empresarios de su clase creían en el Partido Revolucionario Dominicano”. Puso en peligro vida y bienes por esa agrupación “y supo defenderla con valentía en todas partes, desde encumbrados salones de la más alta clase social hasta en los barrios más humildes”.
Era joven, fuerte, bien parecido. “Parecía un elegido de la fortuna, sin embargo, alguna desdicha interior le amargó el alma…”.
José Francisco Peña Gómez hizo esos pronunciamientos en 1981, a propósito de la muerte de Carlos Pérez Ricart, reconocido con una avenida de Arroyo Hondo. Lo enalteció en dos discursos, lamentando haber perdido “uno de nuestros más sólidos pilares y uno de los lideres integrales del país, no solo era dirigente del PRD sino también “uno de los más dinámicos dirigentes de la clase empresarial”.
Lo definió con vocación de paz y de concordia, ejemplo de unidad.
Las palabras del expresidente del PRD son el único apoyo documental localizado para conocer parte de la historia del sobresaliente hombre de negocios al que Rafael Corporán de los Santos, figura de la radio y la televisión, consideraba un padre. Él lo apoyó en la adquisición de su emisora, Radio Popular, experiencia que recogió en artículos el locutor Jorge Herrera, describiendo a Pérez Ricart como “uno de los hombres más nobles que recuerde la historia del empresariado dominicano”.
Corporán “siempre lo vio con ojos de hijo…” (Mi voz escrita, Jorge Herrera, Internet).
PRD y empresarios
Dice Peña Gómez que los antagonismos entre el PRD y la clase empresarial eran muy grandes en los años posteriores a la Revolución de 1965 “y los temores de los empresarios se hicieron mayores a raíz del lanzamiento de la tesis de la Dictadura con Apoyo Popular”. Pero “Carlos Pérez Ricart era valiente y decidió, contra todos los consejos, cerrar filas en el PRD”.
Señala que el amigo de Pérez era Pablo Rafael Casimiro Castro, pero “me fue revelando su verdadera personalidad, que no era la del joven remilgado, aristocratizante y vanidoso que creí ver en él, sino un auténtico perredeísta que compartía sentimientos igualitarios…”.
“Lo vi en el hipódromo rodeado de palafreneros, jockeys y mozos de cuadras, entre los cuales se sentía muy a gusto. Observé su comportamiento en tertulias de barrio y constaté que era tan conocido como en los salones del Country Club o del Club de Ejecutivos, y en todos los sitios se movía con igual desenvoltura”.
Y expresa: “Carlos Pérez Ricart, millonario, apuesto y miembro de una familia distinguida, detestaba los convencionalismos sociales. Raras veces se ponía un traje: le gustaba vestirse con un conjunto de pantalón y chacabana blanca”.
Confesó al dirigente, en 1970, que no ingresó al PRD buscando prebendas pues lo tenía todo, justificando el rechazo a la diputación que le ofreció Guarionex Lluberes, candidato por el Movimiento de Integración Democrática.
Tan entrañables eran Pérez y Peña, que, en 1973, cuando el desembarco de Caamaño, allanaron la finca del empresario creyendo que el político, perseguido, se ocultaba allí.
En la campaña de 1974 “gastó generosamente el dinero de su peculio y puso su prestigio a disposición del partido para procurarle nuevos aliados y ayuda económica”. En 1978 fue miembro de la Cámara de Diputados y “mostró en el Congreso Nacional la integridad de sus principios, votando sin quejas proyectos de leyes que lo lesionaban directamente, como los que prohibían ciertas importaciones”.
Lo consideró patriota, honrado, abanderado de la unidad. Reunió en su hogar a Jorge Blanco, Jacobo Majluta y Antonio Guzmán. “Nunca estimuló luchas dentro del partido”.
“Era conversador y dicharachero, porque poseyó en alto grado la alegría de vivir, hasta los meses que precedieron a su muerte, cuando se ensimismó y se volvió meditabundo, silencioso y solitario”.
Los escritos de Peña Gómez, contenidos en “Construcción de la democracia”, están fechados 21 de agosto de 1981.
Datos familiares
Datos familiares aparecen en “Proyecto Genealógico Raíces de Quisqueya”, en Internet. Carlos Adolfo era hijo de Romeo Benigno Pérez Martínez y Blanca Ricart Román. Estuvo casado con Lourdes María Marchena Martínez. Fue el padre de Benigno Enrique (Nino), María Amelia (Mara) y Carlos Andrés (Charlie) Pérez Marchena.
La calle
El 1 de septiembre de 1992 fue inaugurada la calle Carlos Pérez Ricart, antigua Sol Poniente, de Arroyo Hondo. El síndico Rafael Corporán de los Santos pronunció el discurso central del acto en el que hablaron también Peña Gómez y los hijos del empresario, político y legislador. “En él no veo a un amigo, sino a una persona que fue más que un padre”, dijo Corporán.