Pocas personas en tan poco tiempo en el béisbol organizado de los Estados Unidos ha podido exhibir una hoja de servicios tan significativa como la del dirigente dominicano Carlos Ramírez Feliz.
Razón por lo que es visto desde ya por altos ejecutivos como un portento dirigente del béisbol de las Grandes Ligas.
Pero quizás lo más notorio sea su proeza alcanzada al convertirse en el manager más joven en en la Liga de Verano.
Ramírez, a pesar de ser firmado a la edad de 19 años por la organización de los Cachorros de Chicago y jugar por espacio de tres años como receptor en la Dominican Summer League (DSL), no es hasta la contienda del 2014 cuando comienza a demostrar sus dotes de dirigente.
Es precisamente en esta estación que inicia su carrera como entrenador en el sistema de liga menor de los Cubs.
Un año después, Ramírez Feliz se desempeña como asistente de coach y de cátcher en la DSL.
En el 2016 realiza una nueva función al ser escogido como coach de bateo.
Y es que por sus dotes de mandamás escala de una manera vertiginosa al ser designado como coach de primera base de Iowa Cubs, filial del equipo triple A de los Cubs durante mes y medio. Algo más que incluye a su curriculum es que ha visto acción en tres juegos de Grandes Ligas durante los entrenamientos primaverales.
En la actualidad se desempeña como manager, cargo que le fue adjudicado durante este invierno, tomando posesión como manager de uno de los dos equipos de la «DSL» por los Cachorros de Chicago con miras hacer su debut como manager oficial en la Dominican Summer League 2019.
Hasta el momento ha participado en cuatro campamentos primaverales o (spring training) en los Estados Unidos, en los cuales se ha desempeñado como manager en el equipo del nivel de clase A media con récord de (6-1).
Así como en ocho ocasiones como manager interino suplente en la DSL y como coach de primera en “Iowa Cubs” filial de Triple A (AAA) de los Chicago Cubs.
Durante sus años como pelotero activo jugó en la posición de catcher, en donde mostró su conocimiento del juego de pelota a la hora de decidir los envíos que los lanzadores deberían hacer hacia el plato ante sus oponentes.
Otro punto luminoso que le ayudó a ganarse el respeto dentro de su equipo fue la buena comunicación con sus compañeros.
No hay duda que estamos delante de un joven de gran talento.