¿Quién va a reconocer a ese gran dominicano que responde al nombre de Carlos T. Martínez, por su labor titánica de reconocer, en vida, a hombres y mujeres en sus libros “Grandes Dominicanos”?
La verdad sea dicha, como decía la Madre Teresa de Calcuta, y es que admiro la disciplina, la inteligencia y la energía que conserva el carácter de este periodista y escritor.
No ha transcurrido una semana de haber puesto en circulación el tomo numero 20, y ya está preparando el siguiente. ¿Eso no es digno de elogio?, claro que sí.
Esa noche dijo a la concurrencia: “Confieso la felicidad que ha irradiado el Señor en mi persona y la oportunidad que me ofrece de reconocer en vida a personas tan meritorias”.
Y dijo mas: “continuaré mientras me queden fuerzas para servir a la sociedad y, por ende, a mi gente”.
Es que Carlos T. viene de abajo, buceando para no sucumbir ahogado en la mediocridad, luchando por llegar hasta donde ha llegado a fuerza de superarse a sí mismo. Y él lo sabe, por eso concibió “Grandes Dominicanos”, una hermosa realidad para engrandecer figuras criollas de diferentes colores que han hecho bien a la sociedad.