Carnaval de Santiago, la evolución de una expresión cultural

Carnaval de Santiago, la evolución de una expresión cultural

POR LUIS TRINIDAD
El carnaval de Santiago ha experimentado en sus 138 años de historia, una serie de influencias que han servido para formar una fiesta que exalta todo el sentimiento de una sociedad orgullosa de sus raíces.

Surge en 1867, un año después de la Restauración de la República, y con una serie de personajes pintorescos que se han mantenido durante generaciones y otros que ya se han perdido o simplemente olvidado.

Entre los personajes que comenzaron recorriendo las calles llenando de alegría y muchas veces de miedo a los niños, estaban Los lechones, Nicolás Den Den, Roba la Gallina, Muñeco de Trapo.

Otra representación que participó en las primeras manifestaciones del carnaval de Santiago era la del triunfo de los ejércitos restauradores sobre las tropas españolas, además de la escenificación de Enriquillo y su lucha, y Anacaona y su muerte.

Pero de todos estos personajes, la máxima representación de la imagen de Santiago son Los lechones, los cuales surgieron como guardianes de la orden de los viejos carnavales de Santiago y su misión era ir delante de las comparsas para abrirles paso, pero con el tiempo y debido a conflictos entre barrios vecinos, Los lechones se dividieron en dos grupos, y así han permanecido hasta el día de hoy.

Esos dos barrios, Los Pepines y la Joya, se convirtieron en rivales desde mucho antes del inicio del carnaval, producto de los conflictos generados por la toma de agua del río Yaque. Dicho conflicto se reflejó en el carnaval, ya que para distinguir quiénes eran de un grupo o del otro, cambiaron los diseños de sus caretas; la de los Pepines poseía dos cuernos grandes y lisos, y la de la Joya dos cuernos que tenían a su vez numerosos pequeños cuernos pegados a ellos.

El carnaval de Santiago no sólo produjo conflictos, también favoreció innovaciones. En 1924 se elige la primera reina de un carnaval popular del país; su nombre era Toñita González. Don Tomás Morel se refirió a la reina como una mujer de belleza y gracia únicas, la cual se destacaba entre las otras participantes.

Esta fiesta popular tuvo otra división con el tiempo, fue una segmentación por clases sociales. Julio Benedicto, Enrique Deschamps y Rafael Tavares fundaron el centro de recreo, lugar donde se celebraban bailes de máscaras y sólo se permitía la entrada a miembros y familiares.

Éste se convirtió en el carnaval de sociedad, mientras que el popular se mantuvo con sus comparsas, lechones, música, y todo el colorido y la alegría que lo caracterizó desde su origen.

Pero esta división no duró por mucho tiempo. Los bailes de salones desaparecieron y sólo se mantuvieron las fiestas populares; pero ahora la variedad de lechones no se limitaba a los pepineros y joyeros, sino que se incorporaron grupos de otros barrios como Pueblo Nuevo y Los Jardines.

El próximo enemigo del carnaval fue uno serio, y al mismo tiempo muy fácil de vencer: la organización. El hecho de que el carnaval fuera libre y que todo el mundo podía participar, provocó casos de vandalismos y comportamiento fuera del orden moral.

Actualmente se buscan formas de volver a recuperar el espíritu de alegría y moralidad que llevó a la creación no solo de una fiesta cultural, sino a un medio por el cual el pueblo se sentía orgulloso de presentarse como es.

En el año 2004 se comienza un proyecto que tiene como meta lograr en un lustro la reorganización del carnaval, y ponerlo a la altura de los mejores carnavales del país y del Caribe. Este proyecto está conformado por la Gobernación provincial, la Secretaría de Cultura y los Medios Unidos del Cibao (MUCI).

El carnaval de Santiago, por más de un siglo, sigue siendo una expresión viva de un pueblo que busca resaltar todo aquello que sirve como parte de la construcción de la identidad cultural de la nación dominicana.

FIESTAS CON BUENAS GANANCIAS

Una de las mayores preocupaciones de la festividad de carnaval es la forma en que se financiaría esa fiesta. Se busca que el evento sea rentable y que al mismo tiempo dé mayores recursos a quienes son sus actores y todo el que se encuentra en el entorno.

En esta ciudad desde hace tres años hay conflictos por el mercadeo del evento, ya que los grupos de Carnaval acusan a los que lo mercadean de quedarse con la mayor tajada. Eso responde a la realidad de esta entrega cuando los encargados de vender el mismo son ejecutivos de los canales de televisión local.

A continuación una conversación sobre el tema con uno de los principales ejecutivos de MUCI, César Hernández, director del canal 25 de la ciudad de Santiago.

HOY: ¿Cómo surge MUCI?

Hernández: «MUCI llega por accidente. Había una crisis heredada de años anteriores, entonces se produjo la unión de los medios de comunicación de Santiago por que no podíamos dejar morir el carnaval. De ahí surge MUCI».

HOY: ¿Qué forma de comercialización se utiliza en el carnaval de Santiago?

Hernández: «MUCI compra o paga los derechos de transmisión a la comisión permanente del carnaval, en cambio, otros carnavales como el de La Vega lo hacen a través de asociaciones. MUCI oferta la transmisión del carnaval a través de cinco canales de televisión».

HOY: ¿Se involucra MUCI en la organización del carnaval?

Hernández: «No, la que está encargada de la organización es la comisión de carnaval presidida por el gobernador de Santiago, José Izquierdo».

HOY: ¿Cuándo comienza la organización del carnaval?

Hernández: «La primera reunión para la organización del carnaval se realizó en junio del año pasado, pero fue en octubre cuando nos acercamos, debido a que en agosto hubo cambio de gobierno, eso hizo que los verdaderos contactos se hicieran en octubre, pero ya nosotros veníamos planificando todo».

HOY: ¿Qué hace que el carnaval de Santiago sea explotable?

Hernández: «Todos los carnavales son explotables y se convierten en una plaza para cualquier empresa de consumo masivo. Además tiene que ser comercialmente explotable por los gastos que hay que cubrir y todavía para MUCI es pérdida cubrir todos estas cosas, pero sabemos que en tres años el carnaval será comercialmente explotable, ahora estamos en la fase de rescate».

HOY: ¿Cuáles son las expectativas?

Hernández: «Hemos crecido en un 50%, también en términos de participación, de calidad de espectáculo, de presentaciones artísticas y de grupo de lechones participantes.

Publicaciones Relacionadas