Carne de conejo
Exquisita y muy saludable

<STRONG>Carne de conejo<BR></STRONG>Exquisita y muy saludable

Si se tuviera conciencia de todas las bondades de la carne de conejo, ésta sustituiría con más frecuencia a las demás en su mesa.

La carne de conejo es una de las más saludables para el hombre, y esto se debe, principalmente, a que es rica en proteínas y con un bajo contenido en grasas y colesterol.

A diferencia de las carnes que se come habitualmente (de vaca, pollo o cerdo), la  de conejo es muy recomendada para dietas bajas en calorías, o para la alimentación de niños y ancianos.

A éstas se agregan otras importantes bondades: la carne de conejo es de fácil digestión y el cuerpo humano la asimila sin dificultad y  la convierte en  tejidos. Esta es la razón por la que su consumo se recomienda mucho   en atletas, especialmente si necesitan aumentar  masa muscular.

También es rica en vitaminas (B12, B3, B6) y minerales (zinc, magnesio e hierro).           

Su preparación.  La carne de conejo es blanca, pero en ocasiones puede ser menos blanda y de sabor más ligero que la carne de ave, de manera que debe ser bien sazonada. 

Al cocinarlo, es importante evitar que se reseque mucho la carne. Lo que se recomienda, si la va a asar, es que la haga mechada, introduciendo trozos de tocino, jamón u otro embutido grasoso, para evitar que se reseque mucho.

Si por el contrario está buscando reducir la ingesta de grasas, mantenga las características de la carne cociéndola sólo con verduras, pero procure  que la carne esté tierna y fresca.

Recetas

Conejo al ajillo

1 conejo grande, 6 dientes de ajo, 1/4 litro de leche, 6 cucharadas de sofrito de tomate, sal y pimienta

Preparación.  Limpie el conejo, córtelo en trozos y sazónelo con sal y pimienta. Ponga a calentar el aceite en una sartén y rehogue 3 ó 4 dientes de ajo. Retírelos  antes de que se doren mucho  y fría los trozos de conejo a fuego vivo hasta que estén muy dorados. Agregue el sofrito y el resto de los ajos picados (también se puede añadir un chorrito de vino). Cuézalo a fuego lento hasta que el conejo esté tierno.

Conejo a la cazadora

1 conejo,  1 cucharada grande de manteca de cerdo, harina,  4 vasos de caldo (hecho con 3 cebollas, 3 zanahorias, tomillo y laurel), 2 vasos de vino blanco seco, 4 tomates, un bouqué de hierbas aromáticas, 100 gramos de champiñones, sal y pimienta

Preparación.  Trocee el conejo y dore en una cazuela con la manteca. Si desea, añada un diente de ajo picado. Espolvoree harina. Cuando todo esté bien dorado, eche el vino y el doble de caldo. Ponga a hervir y añada los tomates pelados y triturados. Deje la cazuela tapada y a fuego lento.  Un cuarto de hora antes de terminar la cocción, añada los champiñones enteros o troceados. Si  desea, puede añadir una copa de coñac a media cocción.

Consejos

Lechuga fresca.  Para que la lechuga pierda su aspecto mustio y sea más crujiente para la ensalada, métala en un recipiente con agua fría y añada el zumo de medio limón por cada lechuga. Déjela reposar por media hora en un lugar fresco, y luego de escurrir estará lista para ser servida.

 Grasa. Si se hace difícil remover la grasa de una sartén, agregue unas gotas de jabón y suficiente agua para cubrir el fondo y llévalo al fuego hasta que hierva.

 Huevos hervidos. Para evitar que se abra la cáscara del huevo al hervirlos, añada una pizca de sal en el agua.

Barro. Los alimentos adquieren un sabor incomparable cuando son cocinados en ollas de barro. Este  material es perfecto para cocciones muy largas, para cocinar legumbres, sopas y preparar deliciosos estofados.

Frutas congeladas.  En el freezer, se pueden conservar hasta ocho meses. Si tienden a ennegrecerse (guineo o manzana) rocíe con limón antes de congelarlas.

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