Carolina Mejía, nacida en Santiago 1969, acumula logros familiares, académicos y políticos. Su primera victoria fue ingresar en 1987 a nuestra PUCMM y concluir como economista en la escuela universitaria inspirada por el profesor de profesores, el entrañable y eterno maestro padre José Luis Alemán.
En la gestión pública, se distingue que en 524 años de fundada Santo Domingo (1498), es la primera mujer que gobierna la ciudad primada de América. Mejía Gómez también es secretaria general del Partido Revolucionario Moderno (PRM) creado en 2014, como expresión modernizadora del PRD, a su vez instituido en 1939. En los dos partidos, ninguna mujer había ocupado esa decisiva función.
De los cuatro hijos del expresidente Hipólito Mejía y la eterna primera dama Rosa Gómez, Carolina es la más aventajada en la inteligencia del poder. Seguro, tiene claro la fuerza que debiera adquirir su gestión a partir del próximo año 2023, cuando restan un poco más de 12 meses de su primer mandato.
El triunfo inicial debiera dar paso a una culminación de impacto. “No es cómo se comienza, sino cómo se termina”. Eso estudiamos junto a Faruk Miguel en Hanoi, Vietnam. Lo mismo enseñan Maquiavelo, Clausewitz, Toffler y especialmente Nguyen Giap.
Para la boda de mis parientes Alexa Gil y Daniel José Sobrino Moreno, acabamos de hospedarnos tres días en una ciudad colonial redimida. Más allá del auspicio del BID, como director del Plan Estratégico Santiago 2030, me atrevería a recomendar “victorias rápidas” pendientes.
Primero, más de un millón de turistas que visitan esta zona imponen una variada animación sociocultural. Uniformar y designar en Ayuntamiento una parte de los 250 músicos y artistas que observé, se impone. La seguridad pública debe ser homogénea. Colocar guardias de uniformes diferentes, rameados y armas largas visibles, expresa una irreal situación de guerra.
Segundo, en diversas iglesias coloniales, varias en lento proceso rehabilitación, se observan restos de orina y heces fecales. Sanitarios públicos móviles o fijos adentro del Palacio Consistorial y en los templos, aportaría higiene. Iglesias y sus espacios verdes, debieran ser remozados de urgencia.
Tercero, el Ayuntamiento debe relanzar el Consejo de Ciudad Colonial con un fondo reembolsable y participación de juntas de vecinos. Los guías turísticos deben uniformarse, instruirse y certificarse por la Academia de la Historia, quienes deben exponer un guión escrito de realidades históricas y leyendas.
Cuarto, cientos de fachadas “no coloniales” debieran ser pintadas con una guía del color análoga. Además, la historia reciente y pasada de las edificaciones, debe ser colocada al frente. Tengo otras recomendaciones que reservaré para la próxima entrega.