Carretera Cibao-Sur

Carretera Cibao-Sur

En las últimas décadas se ha hablado mucho de la necesidad de comunicar las regiones Norte y Sur de la isla mediante una súper carretera. Nadie niega la trascendencia de esta magna obra.

Los pueblos progresan en la medida que puedan comunicarse, por lo que no nos oponemos a que estas importantes regiones del país queden entrelazadas.

Ahora bien, la construcción de esta vía, tal y como la han presentado desde San Juan de la Maguana hasta la provincia de Santiago Rodríguez, es un absurdo; no solo por el altísimo costo que asciende a la astronómica cifra de veinte mil millones de pesos dominicanos, sino además por su gran impacto negativo para el medio ambiente y los recursos naturales.

En el 1982, cursando nosotros la carrera de ingeniería civil y recibiendo la materia VIA I, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el trabajo de práctica de dicha asignatura consistió  en analizar la factibilidad de la construcción del citado tramo carretero y el resultado para ese entonces  fue que, además de altamente costoso por el gran volumen de corte y relleno, acabaría con los principales ríos de la República enclavados  en la Cordillera Central.

Pasado el tiempo, hemos consolidado nuestra conciencia de la preservación de nuestros bosques y con la patente realidad de que existe hoy en día una Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, se hace más firme e inaceptable tal propuesta.

Nada impediría que los Parques Nacionales José del Carmen Ramírez y J. Armando Bermúdez fueran invadidos por personas, que bajo el pretexto de ser agricultores, someterían estas tierras a un proceso criminal de degradación, ya que estos terrenos no son aptos para una agricultura indiscriminada, produciéndose un terrible e indetenible proceso de erosión de los suelos.

El suministro de agua potable de grandes poblaciones quedaría perjudicado al corto y largo tiempo, con la afectación y el impacto destructivo de más de diez ríos y acuíferos, entre ellos los ríos íconos del país como son el Yaque del Norte y el Yaque del Sur.

Otro aspecto a tomar en cuenta es la distancia, por lo que más bien podríamos llamar a esta carretera Línea Noroeste–San Juan, debido a que la provincia Santiago Rodríguez queda muy distante de las provincias del Cibao Central.

Podríamos elevar nuevos argumentos negativos a este significativo proyecto vial,  pero nuestro objetivo no es contradecirlo por mero capricho, sino darle a conocer al país que existen varias alternativas viables y menos costosas para acercar los pueblos del norte y del sur de la nación.

A continuación señalamos cinco carreteras que comunicarían ambas regiones y son:

La carretera  San José de Ocoa–Rancho Arriba–Constanza, que comunica las provincias de La Vega, Monseñor Nouel, Espaillat, Santiago de los Caballeros, Hermanas Mirabal, Duarte y Puerto Plata.

La carretera  San José de Ocoa–Rancho Arriba–Piedra Blanca, comunicará a las provincias de Monseñor Nouel, Sánchez Ramírez, María Trinidad Sánchez y Samaná.

La carretera Las Yayas–Padre Las Casas– Guayabal–Constanza, también comunicaría las provincias del Cibao Central y las del Nordeste.

La Carretera Mata Yaya–Bánica–Pedro Santana–El Cacao-Río Limpio–Guayajayuco–Villa Anacaona–Restauración–Loma de Cabrera–Partido–Dajabón–Monte Cristi– Santiago Rodríguez y Valverde.

La Carretera Internacional, desde Monte Cristi  hasta Pedernales.

Estas carreteras, además de unir estas comunidades, también interconectarían con el Puerto de Manzanillo, enclave estratégico de gran importancia para las exportaciones de productos agrícolas.

Es conveniente destacar que las carreteras nombradas anteriormente, todas existen, lo que habría es que reconstruirlas; así como también no producirían daño al medio ambiente y el valor aproximado para estas reconstrucciones es de ocho mil millones de pesos.

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