Carretera Hato Mayor-Sabana de la Mar

Carretera Hato Mayor-Sabana de la Mar

En el programa del sábado 5 del mes que discurre de “A quién madruga” que dirige Altagracia Salazar y Erik Mendoza, uno de mis favoritos, escuché a dos jóvenes de ese olvidado Este Profundo que se llama Sabana de la Mar, solicitarle al ingeniero Díaz Rúa, desafiante Ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, que cumpla con la promesa que en dos ocasiones ha hecho de terminar una carretera que tiene más de diez años en abandono.  El poderoso Ministro, les dio a entender que había otras prioridades más necesarias y perentorias, dentro de las cuales nos imaginamos: la terminación de la segunda línea del Metro; la remodelación del Bulevar de la 27 de Febrero con su reloj que se suponía iba a tocar cada hora  el compadre Pedro Juan y en donde las dos televisoras que se compraron en Malasia, trayendo personal de ese lejano país a instalarlas, hoy son dos neveras de cerveza Presidente.  Fue una pena que no les mencionara la construcción de la “isla artificial” y la remodelación de Sans- Soucí.

   El domingo me encontré con la señora  Francis Mateo, que casualmente llevaba una camiseta promoviendo la Carretera Hato Mayor-El Valle-Sabana de la Mar y le expresé que me iba a  solidarizar con el movimiento, ya que recaudaría información de primera mano, al asistir a un encuentro en la finca de cítricos del Consorcio del Este, invitado por el señor Juan Barceló, instalaciones que se encuentran en dicha carretera. 

   En efecto, el lunes visitamos la antigua propiedad del fenecido empresario Jacinto Peynado denominada Delta, que queda a unos cinco kilómetros del municipio de El Valle.  No podemos afirmar, que la carretera está en todo el trayecto intransitable, pero hay unos seis kilómetros infernales.  Polvo, piedras, desvíos y hoyos y más hoyos, son los atributos de esta ruta que es una vergüenza para cualquier titular de una cartera de obras públicas.  Pero, su titular no viaja por tierra, cuando tiene que inspeccionar una obra distante de la capital, se sube a un helicóptero y por supuesto en el aire no hay hoyos, ni piedras y menos polvo.  Así si es bueno, señor Ministro.

   Pero Sabana de la Mar no sólo necesita esta carretera para enlazarla con Hato Mayor, también la que va a Miches y luego continúa hacia la Otra Banda e Higüey, en donde los desvíos no están señalados y de noche esta vía se convierte en una invitación a viajar “al más allá”.  Pero eso no le importa al señor Ministro, ya que la primordial y es la que tiene financiamiento internacional es la denominada “Autopista del Coral”, por cierto imprescindible para el desarrollo de Bávaro, Punta Cana y Cap Cana.

   El desarrollo de Sabana de la Mar no estará completo sino se le construye el muelle para que el ferry Samaná-Sabana de la Mar no tenga que hacer un peligroso trasbordo a muchos metros de la orilla, ya que el embarcadero se encuentra destartalado, lleno de peligrosas hendijas y sobre todo poco calado que hace imposible que naves de medio calado puedan atracar en el muelle.  Si Sabana de la Mar fuese una comunidad beligerante como Navarrete, Licey al Medio o San Francisco de Macorís: ¡Otro gallo cantaría!  Tal vez le podría servir  de gran orientación a los ciudadanos Sabanalamarinos, solicitar a un miembro del Falpo que les indique como se obtienen “pacíficamente”, la construcción de obras necesarias para la comunidad.  Sabana de la Mar merece, no sólo ser escuchada, sino atendida ya que tienen el mismo derecho que las otras comunidades en la República. 

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