Carretera X

Carretera X

Petronila Nolasco, conocida mejor como Mamita entre «Los Róbalos» y «Majagual», probablemente no tiene noticias sobre los concursos «Miss Universo», «Miss Mundo», «Miss República Dominicana» y otros «misses» que se leen en nuestras páginas sociales.

A esta señora samanesa pudieran reconocérsele los siguientes méritos: haber trabajado toda su vida para su manutención y la de su familia; ser madre de hombres y mujeres dedicados al trabajo honrado; trabajar todavía con el mismo tesón a más de 80 años de edad; ser portadora viviente y con suficiente claridad de muchos hitos históricos ocurridos en Samaná; ser portadora de mucha información sobre el folclor local; ser soporte y cantera de conocimientos sobre el arte culinario samanés; ser productora y distribuidora de varios de los elementos de la dieta samanesa; y, finalmente, ser un ejemplo de vida dedicada a la familia, de dignidad, de trabajo, de respeto al ambiente, de conservación de las costumbres locales y de amor por su tierra y sus semejantes.[tend]

En esos méritos mencionados estarían tomados en cuenta aspectos morales, sociológicos, culturales, sociales, económicos, vocacionales y ciudadanos, que son los aspectos que definen verdaderamente a una persona para una digna representación de su comunidad local y nacional.

Petronila Nolasco es una mujer que representa a la verdadera República Dominicana. Es en carne propia la República Dominicana. Ella pudiera ser «La Señora Samaná»; como Aniana Vargas pudo haber sido «La Señora Bonao»; como Olga Lobeti pudiera ser «La Señora Montecristi», como Mery de Marranzini pudiera ser «La Señora Santo Domingo», y así como pudieran ser representantes de sus provincias tantas mujeres de probada nobleza, fortaleza, dignidad y dominicanidad.

Recuerdo un concurso internacional de belleza (que ahora van a reponer) celebrado durante dos o tres años en el que fuera Hotel Loews Dominicana, el grandote de la avenida Anacaona, donde parte de la diversión de las «misses» junto a los organizadores era correr en cueros por los pasillos del hotel jugando «al clavo y la tabla», un deporte que practicaban todas las noches después de las actividades «normales» del concurso.

Deportes como esos (¡y vaya con los resultados del concurso!) me sugirieron que nada serio podía esperarse de éstos. Pero además, ¿quién dijo que en ellos haya una real representación del sentir y el vivir de las mujeres y sus respectivos países?

En la elección de una mujer representativa de la República Dominicana, entre mujeres como Petronila Nolasco, que se gana la vida fabricando y vendiendo pan samanés dulce y salado en la carretera, que nunca se ha alquilado para la propaganda de un producto, que es una mujer con toda la fuerza y dignidad que ser mujer significa, yo votaría por ella frente a cualquier beldad producto de gimnasios y cremas, ignorantes de lo que es el trabajo y el verdadero amor por la tierra.

Ojalá que alguna vez una institución se digne convocar al concurso «Señora República Dominicana», y que sean las comunidades de todas nuestras provincias las que seleccionen a la mujer más representativa del trabajo y el amor, sin importar edad, estatura, medidas físicas, conocimientos enlatados, disposición para el sexo o condición económica.

[b]La máquina pela chinas[/b]

Hacía mucho no veía una maquinita de ésas, hasta que saliendo por la carretera que va hacia Hato Mayor reparé en un chinero empeñado en su manigueta y su consecuente rechín.

En los años 50 y 60 era muy común encontrarse con estas maquinitas para pelar naranjas casi en todas las esquinas de Ciudad Trujillo y luego de Santo Domingo (que para el caso es lo mismo y es igual).

Según el D.E.D.L.V.Q.P.E.E.P. («Diccionario Enciclopédico de las Vainas que Pasan en este País», en proceso de compilación), las maquinitas para pelar naranjas eran un secreto de Estado durante un tiempo, y solamente se utilizaban para el recorte de pelo de los guardias, quienes al jurar fidelidad a Trujillo y sus métodos incluían mantener en secreto la «especialidad» que con ellos se utilizaba en relación con su corte de pelo, corte que resultaba muy particular y mediante el cual se identificaba a cualquier guardia. Cosa tan notable en esos tiempos, que luego, entre los civiles, ver un recorte similar motivaba el señalamiento de «tu tienes una pelá de guardia».

Nunca se ha sabido si las maquinitas ésas eran «made in Japan», «made in USA», made in China», o «made in some patio» de este país. Según el D.E.D.L.V.Q.P.E.E.P. , las maquinitas se dejaron de usar cuando mataron a Trujillo y decidieron incorporar al «abejón» eléctrico para el recorte de los guardias. No tanto por su facilidad, sino porque eran importados por uno de los ricos que azuzaba la caída de Trujillo para que su clase pudiera hacerse con todas las industrias del «jefe».

[b]La bici cleaning: lo último para basura[/b]

Lo último que ha salido a la pista en materia de recogida de basura es la «bici cleaning corp. Ltd», y la encontré también en la carretera hacia Hato Mayor.

Como pueden ver, se trata de un complejo tinglado (porque aquí todo es complicado a la hora de resolver) entre una bicicleta y un vagón especialmente diseñado para que el pedalista no se quede patinando por el peso.

La bici cleaning no consume gasolina, ni gasoil, ni lubricantes. No contamina el ambiente, ni suelta plomo de baterías. No demanda de grandes parqueos o galpones para ser guardada. Puede ser operada por un solo empleado, que tampoco necesita licencia, carnet (del PRD, del PLD, ni del PRSC) ni certificado de buena conducta policial.

Igualmente, la bici cleaning puede ser importada desde cualquier país, no tiene que ser una «mountain bike ultralight», mejor si se trata de una de esas pesadísimas de hierro que se pintan con brocha.

Otra ventaja de la bici cleaning es que mientras se opera, el conductor va asegurando su salud circulatoria, arterial, coronaria y cardíaca, y en vez de retirarse con una pensión por antigüedad en el servicio, se puede ir a participar en cualquier competencia ciclística nacional o internacional.

Naturalmente, los síndicos objetarían el uso de la bici cleaning porque con ese sistema de recogida de basura no van a correr los millones de pesos por concepto de comisiones por la compra de camiones, palas mecánicas, compactadoras y pagos a las compañías recolectoras.

[b]Un carboncito «pa’mortiguá»[/b]

En la carretera que viene desde Ramón Santana me encontré con esta estampa que se empeña en no desaparecer. O no que se empeña, sino que acecha agazapada detrás de cualquier alza del petróleo para reaparecer.

Los aumentos en los precios del petróleo implican aumentos en el GLP (gas licuado de petróleo), en el gas metano, en el gas propano, y últimamente hasta en los gases producto de nuestra digestión y que se liberan con eructos, sean sonoros o no.

Según el dueño de esta carga el propósito es la elaboración de «un carboncito pa’mortiguá». Es decir, fabricar un poco de carbón para paliar la falta de gas en las cocinas. Que dicho sea de paso, (la cocina de gas) es una de las mejores cosas que ha producido la tecnología en beneficio del ambiente y de la protección de la flora.

De un rápido vistazo pude darme cuenta de que el hombre traía una carga de «to’palo», que es como se le dice en el argot carbonero al carbón que se hará con todos los tipos de madera que puedan recolectarse, desde tocones hasta pedazos de puertas y palitos de tocar tambora.

Mientras no se escarmiente a los traidores… digo, mientras no tengamos una garantía de importación fluida del gas, el fantasma (por duende que camina) del carbón y la deforestación estará siempre al acecho. Porque ni pensar en utilizar electricidad para cocinar, como comenzó a hacerse casi a finales de los 50, cuando la energía eléctrica era muy barata y los electrodomésticos podían reírse «con la muela de atrás» mientras se les sonrojaban las mejillas, o las hornillas, para ser más precisos.

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