Carretera X

Carretera X

En la carretera que va hacia San José de las Matas, poco después del cruce de Pedregal, encontré ese grupo de niños de la Escuela el Arroyo de Jánico. El grupo, junto a una profesora del plantel, se empeñaba en una especie de peaje para conseguir recursos para celebrar en su escuela el «Día del Niño». Probablemente les fue bien, pues ese día se congregarían varios cientos de personas en Las Manaclas para recordar a Manolo Tavárez Justo. Por lo que de seguro levantaron su par de pesos para su celebración.

Ese encuentro me permitió recordar -y aquí se lo cuento- la celebración que cada año se hacía en mi escuela primaria. Yo estudié en la Escuela República de Honduras, una centro educativo público dirigida en ese entonces por doña Fedora de Ortiz.

Durante los años que estuve en esa escuela, desde 1956 al 1961, todas las navidades se celebraba el 23 de diciembre el «Día del Niño», ocupándose la Secretaría de Educación de canalizar hacia los planteles públicos primarios y para cada niño una funda que contenía una manzana, un racimo de uvas, un racimo de pasas, dulces (surtido) de Navidad y no recuerdo qué otras cosas. Ese era uno de nuestros días más esperados en todo el año. Ese era uno de nuestros «happy days», y compartir esos dulces y frutas importadas sólo para diciembre con nuestros padres era parte de la Navidad, salpicada de tarjetas, neblina, frío y arbolitos.

Viendo a esos niños tener que lanzarse a una carretera a pedir para una celebración como ésa nos trae de nuevo aquello de que «cualquier tiempo pasado fue mejor». Pero también nos trae el otro proverbio de que «mientras hay vida hay esperanza», y yo creo que en algún momento podremos salir de tanto ladrón que durante 40 años hasta los dulces de Navidad le han robado a los niños.

[b]Santa Barbarasa[/b]

La patrona de Samaná se las trae. Por la pinta que presenta en un mural que ostenta la moderna iglesia de la famosa ciudad de la también famosa península, Santa Bárbara es toda una amenaza para los no creyentes.

A diferencia de la humildad y dulzura que exhiben otras vírgenes, Santa Bárbara se presenta en Samaná con una mirada intimidante, levantando una suerte de copa con un bombillo en la mano derecha, mientras empuña una espada con la mano izquierda.

Si nos adecuamos a la situación actual pudiera interpretarse la pintura de la santa como un llamado a los responsables de la situación energética: «¡O nos sirven luz o van a rodar cabezas!» Claro que igual pudiera interpretarse como una advertencia a los ateos: «El que no bebe de este cáliz se va mocho para el infierno».

Con todo y ser mujer, Santa Bárbara nos recuerda el proceso de cristianización entre nuestros aborígenes: una fila de indios, el cura con la copa en la mano y una docena de soldados españoles espada en mano: «¡A ver si entendéis, joder. La hostia es el cuerpo de Cristo, al que le vuelva a decir «ruedita» de daremos de planazos hasta que se aprenda los misterios del Rosario para delante y para atrás».

Una última interpretación vendría de la misma santa: «¡Qué ojos de Modigliani ni que ocho cuartos, sanquipanky. O te arrepientes o te dejo sin instrumento para turistas!»

[b]Más plantas carnívoras[/b]

El negocio de las plantas carnívoras parece que se extenderá. Según los últimos oráculos para el 2004 las plantas Edenorte, Edesur, Edeste y otras aumentarán la facturación, pero no con el propósito de desangrar a los consumidores, sino para fortalecer el desarrollo y hacer su parte en lo que se refiere a la modernización, puesto que para eso fue que se privatizó la energía eléctrica.

Mucha gente, creo que la mayoría de los dominicanos, piensa que estas plantas son una amenaza. Nada de eso, no son ninguna amenaza, con un hecho consumado. Lo peor de todo es que ningún departamento relacionado con la biodiversidad o con sanidad vegetal ha decidido investigar.

Sin embargo ya se han dado casos que pueden calificarse de alarmantes con las plantas carnívoras. Por ejemplo, una de ellas le tiró un mordisco a una señora de Los Minas cobrándole RD$10,000.00 por la energía consumida de dos bombillos, un radio y una nevera. Otros casos similares se han presentado en varios puntos de Santo Domingo, pero eso no quiere decir que hay que calificar de crecimiento desproporcionado a la actividad de las plantas de marras. Simplemente, si alguien se deja morder ellas no van a retroceder.

En fin, quisimos introducir especies para fortalecer el crecimiento económico, respaldar la globalización y apoyar la privatización, ahora nos quejamos de que las plantas carnívoras además son hematófagas. ¿Usted quería gallo? pues coja picotazos.

[b]Carreteras en las montañas[/b]

Desoyendo las advertencias sobre la dinámica que se desarrolla entre los suelos de montaña y la lluvia se construyen en nuestro país carreteras sin el debido soporte físico para evitar su deterioro como consecuencia de la lluvia.

La lluvia no es un «fenómeno atmosférico», como antes se clasificaba. Los fenómenos son ocurrencias inesperadas y poco explicables. La lluvia sabemos como se forma y que efectos produce.

Sabemos que los suelos inclinados y deforestados tienden a escurrirse montaña abajo bajo el efecto de las lluvias, mucho más si son lluvias persistentes, de muchos días, como las ocurridas a principios de diciembre. Entonces es necesario que las carreteras sean manejadas con un criterio más conservacionista y futurista. Si sabemos el riesgo que corren las vías de montaña a causa de la falta de protección de los suelos a ambos lados, es necesario que asumamos que la protección del boscaje es imperativo para la conservación de la carretera.

Igualmente, si tenemos carreteras que corren por zonas de gran exposición a las lluvias es lógico reforzar sus basamentos para evitar escurrimientos del suelo. Pero de eso saben más los ingenieros de carreteras. Pero ¿dónde están?.

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