Carreteras: Hato Mayor-Sabana y Macorís-Romana

Carreteras: Hato Mayor-Sabana y Macorís-Romana

La semana antepasada, llegando a Heathrow, aeropuerto de Londres, recibo una llamada en mi móvil y para mi sorpresa, era de la asistente del señor Ministro de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), el ingeniero Víctor Díaz Rúa, la cual me indicaba que por instrucciones de él, me habían enviado a mi oficina información completa de las acciones que se habían tomado para la terminación de la carretera Hato Mayor-Sabana de la Mar.  A mi regreso, encontré la comunicación del ingeniero  Díaz Rúa, la cual agradezco en nombre de los habitantes de aquellas distantes y olvidadas comunidades.  En dicha carta, con reseñas periodísticas anexas, reiteró el compromiso que había asumido ante los representativos de la zona y además, la intención de asfaltar las calles de Sabana de la Mar.  De concretarse lo prometido, reconoceremos que tal vez  cometimos un exabrupto en nuestra entrega del sábado 12 de marzo y prometemos asistir, cuando se finalicen las obras, a su reinauguración.

Quisiéramos ahora referirnos a la autopista San Pedro de Macorís-La Romana, la cual también abordamos en una entrega anterior y, por lo tanto, posiblemente repitamos algunos de los conceptos allí emitidos.  En esa ocasión señalábamos que CODACSA, la firma española que construye, según informes extraoficiales la autopista referida con el dinero recolectado en los peajes, no concluye el pequeño tramo de aproximadamente unos cuatrocientos metros lineales entre el desvío a la salida del puente Guido Gil sobre el río Soco, hasta la entrada del complejo turístico Playa Nueva Romana, porque, al tener ambas empresas nacionalidad del mismo país, le es de gran publicidad que los viandantes admiren la majestuosa entrada y la figura del tenista Rafa Nadal, adquiriente muy importante de una villa en ese emporio.  Esto se conoce, como publicidad gratuita a costa del usuario de la ruta.

Relaté, que en una ocasión, al salir del desvío un autobús del servicio público de Higüey, estuvo a punto de impactarnos.  ¿Cuántos accidentes innecesarios han ocurrido en ese pequeño tramo que si se termina pudiesen evitarse?  Pero no, CODACSA ha desafiado la autoridad del MOPC y de manera obstinada ha acudido a un tribunal internacional de arbitraje para que reconsideren su caso, sin importarle que los que transitan por la vía en vehículos se puedan accidentar y hasta perder la vida o resultar con graves desperfectos su vehículo utilitario.

Y nos preguntamos: ¿Tendrán culpa los usuarios de la autopista por el litigio entre CODACSA y MOPC?   Acaso no están por encima de estos problemas la vida de los que por necesidad deben trasladarse por la susodicha autopista.  El MOPC tiene todo el apoyo de la ciudadanía y si debe rescindir el contrato, que lo haga de inmediato si CODACSA se resiste a finalizar la obra, ya que la terminación de la misma  no puede estar supeditada a un proceso legal entre las partes.  Para que los lectores tengan una idea del atrevimiento de CODACSA, nada más hay que echar un vistazo a la “Estación de Mantenimiento” que tiene desplegada casi frente a los tanques de combustible.  Cualquier taller o hasta una estación gasolinera tiene más presencia que esta compañía constructora que todavía cree que somos “indios”, que tenemos plumas y taparrabos y que, como en los tiempos de la conquista, cambiamos oro por espejitos.  Adelante ingeniero Díaz Rúa y póngale el cascabel al gato.

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