Carreteras peligrosas y conductores imprudentes

Carreteras peligrosas y conductores imprudentes

¿Si en todos los países del mundo, existen licencias diferentes para conducir en  ciudades y en carreteras y/o autopistas, ya que se necesitan  destrezas diferentes para enfrentar los riesgos de la carretera, como son el control de la velocidad, el frenar, el rebase, las distancias, la visibilidad, el estado de las gomas y el manejo a la defensiva para prevenir los obstáculos inesperados  ¿por qué  aquí no, si la carretera de Samaná, ya nos golpea la conciencia.

1º Es una carretera, no es autopista. A pesar del costo, y  del peaje: tiene dos vías nada mas, son estrechas y sin separación meridiana. Rebasar, en ella, requiere de muchos ajustes como velocidad, visibilidad y tiempo.

2º En muchos tramos, la carretera ha irrespetado la cultura, dividiendo en dos pueblos y terrenos de pastoreo, provocando que los dueños y animales, hoy,  tengan que “cruzar” la carretera. Se requiere de prudencia, como cuando se cruza la carretera Monte Plata-Bayaguana. ¡Oh paradoja, pasando por el campo de palma africana, el chofer acucioso podrá advertir que en dos oportunidades, se construyeron dos pasos de nivel  para que no se tenga que cruzar la carretera, poniendo en evidencia que a dos realidades similares se le puede aplicar dos soluciones diferentes. ¡A quién se le ocurre comparar los habitantes de Chirino con los Bonetti!

3º No se  “allanaron” las colinas existentes, por lo tanto, el chofer pierde en muchas oportunidades, toda visibilidad sobre quién viene en frente, poniendo su vida en manos del Señor.

4º La carretera, construida en la zona más lluviosa del país (2400mm/año), no tiene el drenaje adecuado; se forman arroyitos, charcos y lupas de agua, transformándola en resbalosa, además de cegar la visibilidad de los chóferes, con los chorros de agua.

4º Las rectas de esa carretera aburren y agobian en cuanto a las curvas no respetan las normas de seguridad, son planas, numerosas, implicando deber  frenar antes de tomarlas y acelerar pasándolas. De no ser así, el vehículo, a alta velocidad,  se desplaza fuera de su carril.

5º Para colmo, ya los motores no transitan por su carril de seguridad y conjuntamente con  las guaguas se paran para recoger pasajeros, como si fueran ya, conchos de carretera. 

Si no se realiza urgentemente, por lo menos, el muro meridiano que falta, lamentaremos más muertes y  llegar a Samaná será una lotería más.

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