Carta a Daniel Ortega y la vice Rosario Murillo

Carta a Daniel Ortega y la vice Rosario Murillo

Nicaraguan President Daniel Ortega (R), Vice-President Rosario Murillo (L) attending to the anniversary ceremony of Sandinist leader Carlos Fonseca Amador birth at the Plaza de la Revolución in Managua on June 23, 2021. (Photo by Handout / Nicaraguan Presidency / AFP) / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO / NICARAGUAN PRESIDENCY / CESAR PEREZ " - NO MARKETING - NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS

Hay que tener la grandeza de entender que la privación de libertad de sus opositores no ayuda a demostrar sus fuerzas: exhibe y evidencia sus debilidades

Me permito escribirles estas líneas sin referirme a sus condiciones de dignatarios. Escribo motivada por las veces que visité a ese hermano país acompañando al doctor José Francisco Peña Gómez, entonces presidente de la Internacional Socialista para América Latina y el Caribe, siendo testigo de sus largos encuentros y reflexiones.

Ni tan poco voy a referirme a Amado Soler, dominicano, asesinado por Somoza, ni a Gregorio Urbano Gilbert, quien junto al General Sandino luchó por la libertad de Nicaragua, ni a las colectas de fondos realizadas por Fulgencio Espinal para ayudar a la revolución sandinista; y ni por asomo, al fotógrafo Pedro Guzmán y a Oleka Fernández y Fernández, hija de Rafael Fernández Domínguez y Arlette Fernández, quienes junto a otros dominicanos representaron la solidaridad dominicana en Nicaragua. Pero sí recordamos a los nicaragüenses Alejandro Selva, Alberto Ramírez y José Féliz Córdoba que nos acompañaron en la lucha contra Trujillo.

Les escribo para tratar de recordarles todas las convenciones, pactos, acuerdos continentales que, para expulsar a los Trujillo, los Castillo Armas, los Ubico, los Pérez Jiménez, los Noriegas, los Pinochet y los Somoza, impulsamos muchos latinoamericanos para frenar y expulsar las tiranías de nuestras tierras.

Todos esos pactos nos hacen libres para elegir los gobiernos y compromisarios de la democracia en el continente y en todas las naciones. Convenciones, tratados, suscritas además por las Naciones Unidas y por gobiernos de posiciones ideológicas contrapuestas: China, Estados Unidos, Rusia, Corea del Norte y la del Sur.

Ustedes se olvidan, que aun cuando existan las fronteras, la democracia es mucho más que una línea.  Es Amado Soler, es Gregorio Urbano Gilbert, es el ejercicio del derecho a la libertad por el que hemos suscritos compromisos internacionales, es muriendo por la libertad de los americanos.           

Por solidaridad con la mujer le pido a Doña Rosario tres favores:

El primero

Leer junto a su esposo la Carta Democrática de Lima que, suscrita en Perú, que superó el Golpe de Estado contra el comandante Hugo Chávez, por lo que me atrevo sugerirles revisar:

– Protocolo sobre democracia y buen gobierno (A/SP1/12/01)

– Carta Democrática Interamericana,

– Promoción y fortalecimiento de la democracia: Seguimiento de la Carta Democrática Interamericana,

– Declaración de Santiago sobre Democracia y Confianza Pública: Un nuevo compromiso de buena gobernanza para las Américas,

– Proyecto de declaración de Quito sobre el desarrollo social y la democracia, y el impacto de la corrupción,

– Tratado marco de seguridad democrática en Centroamérica,

– Acapulco Compromiso con la paz, el desarrollo y la democracia,

– Declaración de Asunción,

– Declaración sobre la Defensa de la Democracia,

– Compromiso de Cartagena con la Democracia,

– Declaración sobre Democracia del Grupo del Río,

– El Consenso de Cusco  “Gobernabilidad democrática: Defensa y consolidación de la democracia”, de mayo de 2003.

Y sería positivo recordar a “Contadora” que bajo el liderazgo de Omar Torrijos y los panameños ayudó a Panamá a rescatar el canal.

Segundo

 Cuidar de Cristian Tinoco, enferma grave de cáncer, preocupada por la libertad de su progenitor, excanciller de Nicaragua.

Tercero

 Llevarle saludos, si no agrava su situación, a la heroica amiga sandinista Dora María Téllez.

Y les pide la grandeza de comprender que la privación de libertad de sus opositores no ayuda a demostrar sus fuerzas, exhibe y evidencia sus debilidades. 

Gregorio Urbano, junto al General Sandino, luchó por Nicaragua

Aunque existen las fronteras, la democracia es más que una línea

Pedro Guzmán y Oleka Fernández fueron solidarios en Nicaragua

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