¡Hola mamá!, ¿Cómo está? En estas líneas quiero reconocer, una vez más, los valores cristianos con que me criaste, enseñándome a amar Dios y al prójimo. Ayer, Domingo de Ramos, inició la Semana Santa y me puse a recordar cuando desde el Jueves Santo al mediodía no se realizaban labores domésticas ni de ningún tipo, se ponían las habichuelas con dulce en la mañana para que el Viernes Santo se sirvieran con galleticas flotando y pasas. Pero lo mejor de todo era el silencio del barrio que invitaba a reflexionar sobre la muerte Jesucristo. ¡Qué tiempos esos, mamá! Antes, las emisoras colocaban “música de muerto” (clásica). Ahora, las estaciones rivalizan entre sí para colocar el tema de moda de dembow y reguetton, siempre incitando a la violencia y al consumo de drogas. Igual pasa con los canales televisivos: antes, desde el jueves en la noche, ponían una inscripción que decía: “Barra de ajuste”. Ya ni siquiera se quema a Judas, muñeco de trapo que simbolizaba la traición y la avaricia. ¡Cuántas cosas hemos perdido, mamá!